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Da discurso de despedida en Chicago y resalta los logros de sus ocho años de gobierno

El cambio sólo ocurre cuando la gente se une para exigirlo: Obama

Cierra alocución con ligero cambio al lema de su campaña ¡Sí, podemos!: ¡Sí, lo hicimos!

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Durante la mayor parte de su último discurso ayer en Chicago, Barack Obama se mostró firme al hablar, pero cerca del final se enjugó algunas lágrimas mientras la multitud lo aclamaba una última vez. Él y su esposa, Michelle, se abrazaron al final; en la imagen los acompaña su hija MaliaFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Miércoles 11 de enero de 2017, p. 20

Chicago.

El presidente estadunidense, Barack Obama, pronunció su discurso de despedida ante 2 mil personas que no dejaron de vitorearlo pese a las bajas temperaturas en esta ciudad de Illinois que el mandatario eligió para dar su última alocución, pues fue aquí donde recién graduado en leyes por la universidad de Columbia y con un doctorado en Harvard, encontró su primer trabajo como líder comunitario en 1985.

“Aquí donde encontré la fe, el poder de la gente trabajadora y su lucha. Aquí aprendí que el cambio sólo ocurre cuando la gente se une para exigirlo… este es el corazón de nuestro gobierno, las convicciones de que todos hemos sido creados iguales, y nuestro apego a nuestros derechos y valores. Mediante nuestra democracia podemos construir una unión más perfecta. El regalo que nos dieron nuestros fundadores. El saber que podemos perseguir nuestros sueños con sudor y trabajo en esta tierra”.

Desde el centro de Convenciones McCormick, junto al lago Michigan, el mandatario saliente llamó a los estadunidenses a creer en su capacidad para impulsar cambios.

Migrantes, el motor del país

Se refirió a los esclavos de otros tiempos, y a todos los migrantes, desde los venidos de Europa hasta los que provienen del sur de la frontera, como un motor del país en la búsqueda de la igualdad.

A esto nos referimos cuando decimos que Estados Unidos es excepcional. No que seamos perfectos desde el principio. Admitió que no ha sido fácil y en ocasiones se retrocede un paso por cada dos que se avanza.

Resaltó los logros de sus ocho años de mandato, como frenar la recesión, dar nuevo impulso a la industria automotriz y replantear la relación con Cuba.

Redujimos nuestra dependencia del petróleo extranjero, aumentamos nuestras energías renovables y firmamos un acuerdo para salvar al planeta, indicó en otro momento.

Matamos a decenas de miles de terroristas, incluido Osama Bin Laden, mencionó como otro de los logros.

Trabajamos para cerrar Guantánamo y dijimos no a la tortura, y por eso rechazo la discriminación hacia los musulmanes, sostuvo más adelante.

Recordó que en diez días habrá otra demostración de nuestra democracia, en referencia a la asunción del magnate Donald Trump, y dijo que la transición será pacífica porque depende de los estadunidenses enfrentar ese reto. El futuro será nuestro.

El mandatario que argumentó que su fe en Estados Unidos ha sido confirmada, y dijo que termina su periodo inspirado por la capacidad ilimitada del país para reinventarse.

En reflexiones sobre la corrosiva campaña política recién finalizada, Obama dijo que el enorme potencial del país sólo se desarrollará si nuestra democracia funciona. Sólo si todos nosotros, sin importar nuestra filiación partidista o interés particular, ayudamos a restaurar el sentido de propósito común que tanto necesitamos ahora.

Momentos antes, cuando las miles de personas en el lugar coreaban ¡otros cuatro años!, simplemente sonrió y dijo: no puedo hacer eso.

En poco tiempo, Obama y su familia saldrán del escenario nacional para ser remplazados por Trump, un hombre que el mandatario argumentó sonoramente que representa una amenaza nefasta para el futuro de la nación. Sus advertencias casi apocalípticas durante toda la campaña a este respecto han arrojado una sombra continua a sus esfuerzos poselectorales por tranquilizar a los estadunidenses ansiosos por el futuro.

Sostuvo que la democracia no requiere uniformidad. Nuestros fundadores se comprometieron y cedieron, y esperaban lo mismo de nosotros; sabían que este esfuerzo requiere un mínimo de solidaridad. Es salir adelante o fracasar juntos.

Agregó que existen amenazas a dicha solidaridad y por ejemplo citó una de las ideas del ex candidato presidencial demócrata Bernie Sanders, al afirmar que existe la creencia de que el gobierno trabaja para el uno por ciento más rico de la población mientras las mayorías son olvidadas. Por ello habló de la necesidad de garantizar mejor educación pública y salarios, y hacer que los más ricos contribuyan con la parte que les corresponde para compensar al país que los volvió tan exitosos.

Admitió que la raza sigue siendo un elemento de división. Si no invertimos en los hijos de los inmigrantes porque no se ven iguales a nosotros, estamos destruyendo nuestra propia condición, porque esos niños morenos serán la mayor parte de la fuerza de trabajo del país, apuntó.

Obama no mencionó a Donald Trump, pero sí al blanco de clase media que alimentó a su electorado, y pidió ver que él también ha sufrido los embates de la economía y tampoco se le puede discriminar.

Recordó que los estereotipos racistas y discriminatorios que en el pasado se aplicaron a inmigrantes blancos, como irlandeses, italianos y polacos, son los mismos que hoy se usan para segregar a la población latinoamericana, musulmana y de otros lugares, y afirmó que ellos, como los inmigrantes europeos, acabarán contribuyendo a engrandecer Estados Unidos porque aman a esa tierra y comparten los valores de trabajo y libertad del resto de la población desde la fundación del país.

Los corazones deben cambiar, dijo citando al personaje Atticus Finch, ejemplo de superioridad moral en el sur racista de Estados Unidos en el libro To Kill a Mockingbird (Matar a un ruiseñor), de Harper Lee. No comprendes en verdad a una persona hasta que ves las cosas desde su punto de vista (...), hasta que te metes en su piel, añadió.

Advirtió en contra de la polarización política, cuando los estadunidenses se separan unos de otros por cuestiones ideológicas y se niegan a recibir cualquier información que no apoye sus respectivas posiciones.

“Estamos tan cómodos en nuestra burbuja que aceptamos cualquier opinión que provenga de ahí, en vez de escuchar lo que se dice afuera…Sin la voluntad de aceptar nueva información… no se puede tener un debate constructivo. Eso es lo que hace que las política sea tan desalentadora” explicó.

Propuso que la ciudadanía sea más participativa y confíe en la democracia de su país para hacerse escuchar. “Si les molesta pelearse con alguien por Internet, traten de hacerlo en persona. Si los decepciona un funcionario público de elección popular junten firmas y vuélvanse un candidato.

Les pido que crean. No en mi capacidad de promover un cambio, sino en la capacidad de ustedes, y para cerrar su discurso recompuso su lema de campaña: ¡Sí, podemos! ¡Sí, lo hicimos!