La verificación vehicular que se realiza desde julio de 2016, con base en el sistema de diagnóstico a bordo que tienen los automóviles de modelos 2006 en adelante, no garantiza que sea inviolable, aseguran especialistas. Esas pruebas se mantendrán en la norma definitiva que entrará en vigor a partir de julio próximo, que actualmente está siendo revisada.

Este sistema, como el de cualquier otra computadora a bordo, es manipulable. Para demostrarlo no hay más que referirnos al sonadísimo caso de ciertos automóviles a diésel en Estados Unidos, señala el Centro Molina en un análisis.

En tanto, organizaciones como Iniciativa Climática de México y Conservación Internacional, entre otras, han planteado que el programa de verificación vehicular debe evolucionar hacia uno efectivo e integral, que considere de manera más robusta el transporte público e integre a las motocicletas en el proceso de medición y certificación.

También propusieron modificar el modelo financiero de los verificentros, con el propósito de disminuir los incentivos de violación a las reglas y procedimientos de revisión.

El esquema vigente incentiva la competencia para la captación de un número mayor de vehículos que serán verificados y no la calidad de medición o el seguimiento de los procesos.