Opinión
Ver día anteriorMartes 17 de enero de 2017Ver día siguienteEdiciones anteriores
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México SA

FMI recorta, otra vez

Crecimiento raquítico

EPN iguala a Calderón

C

omo si el ambiente no estuviera lo suficientemente caldeado, ayer el Fondo Monetario Internacional tuvo a bien recortar –la segunda en tres meses– su estimación sobre el crecimiento económico del país para el presente año, que desde ya se observa como uno de los más difíciles en lo que va del presente año.

Como en su momento se menciona en este espacio, apenas en octubre pasado el organismo financiero alegremente anunciaba que en 2017 se prevé que el crecimiento (mexicano) se acelere ligeramente a 2.3 por ciento a medida que repunte la demanda externa, y a 2.9 por ciento en 2018, una vez que se consoliden las reformas estructurales.

Pues bien, si esa estimación resultaba famélica, ayer el FMI de nueva cuenta recortó tal estimación y la redujo a 1.7 por ciento para el presente año y a 2 por ciento para 2018, el año del cierre sexenal y en el que (versión fondomonetarista) las reformas estructurales se habrían consolidado. Ahora, dice el organismo, se registran vientos en contra más fuertes para México debido a la incertidumbre relacionada con Estados Unidos.

Con las cifras que aporta el organismo financiero queda clara la perspectiva de crecimiento económico del país con Peña Nieto en Los Pinos, el cual –con todo y reformas–, en pocas palabras sería igual de raquítico que el reportado por Felipe Calderón cuando despachaba en la residencia oficial y a los mexicanos prometía vivir mejor.

Así, con base en los resultados oficiales del periodo 2013-2015 y las estimaciones fondomonetaristas para 2016, 2017 y 2018, el sexenio de quien prometió mover a México reportaría una tasa anual promedio de crecimiento de cuando mucho 1.9 por ciento, siempre y cuando se cumplan los referidos pronósticos, porque la tendencia que se observa es a la baja, es decir, que sea mucho peor del calculado en este primer mes del nuevo año.

Con ello, Peña Nieto y Calderón compartirían el segundo lugar entre los gobiernos neoliberales (el primero corresponde a Miguel de la Madrid) en lo que a peores resultados se refiere, con todo y que si algo ha caracterizado al grupo de neocientíficos a lo largo de 34 años son, precisamente, los malos resultados económicos.

La promesa de campaña y el compromiso al comienzo del sexenio peñanietista fue que con el equipo que sí sabe gobernar y las reformas estructurales (mansamente aprobadas por el Legislativo) la economía mexicana promediaría un crecimiento anual de 5 por ciento. En los hechos, y bien va, tal proporción sería casi tres veces inferior, sin olvidar que el ex ministro del (d) año de todas perdió todas.

En el desastre total, en un inicio el canto de las sirenas neoliberales engancharon a algunos mexicanos, siempre bajo la promesa de llevarlos al primer mundo, y que por lo mismo el desmantelamiento durante el sexenio de Miguel de la Madrid (un fracaso tras otro) era más que necesario para, decían, construir sobre bases firmes el México del futuro. Así, entre 1983 y 1988 la economía a duras penas creció 0.34 por ciento como promedio anual.

Y llegó el arquitecto de la modernidad, Carlos Salinas de Gortari, para construir el futuro de los mexicanos (se suponía que para bien). Su sexenio promedió un crecimiento de 3.9 por ciento anual, y de allí en adelante el promedio, sexenio tras sexenio, ha ido a la baja: con Ernesto Zedillo fue de 3.5 por ciento anual; con Fox de 2.3; con Calderón 1.9 y con Peña Nieto, hasta ahora, de 1.9 por ciento anual, con ganas de que sea menor.

A lo largo de 34 años seis gobiernos neoliberales y modernizadores al hilo han hecho igual las cosas, han tomado las mismas decisiones y se han basado en el mismo manual, de tal suerte que con Peña Nieto no habría razón de suponer que los resultados serían distintos a sus cinco antecesores. Todos dijeron que el país va por el rumbo correcto, y allí están los resultados, entre ellos el elevadísimo y permanente costo social.

¿Cuál sería el panorama si el chile de todos los moles, Luis Videgaray, hubiera atinado en sus pronósticos económicos? Pues bien, a estas alturas cuando menos el crecimiento anual promedio registraría un avance de 3.54 (con base en los Criterios Generales de Política Económica), algo que si bien no habría sacado del hoyo al país, cuando menos hubiera dado mayor margen de maniobra.

Pero como hubiera no existe, tal promedio anual no pasa de 1.9 por ciento. Para el presente año la Secretaría de Hacienda asegura que en 2017 el crecimiento sería de entre 2 y 3 por ciento, pero todo apunta a que si México libra uno por ciento ya sería ganancia. Entonces, ¿cómo estará el panorama para llegar a esa conclusión?

Por otra parte, el FMI detalla que las perspectivas de crecimiento han empeorado marginalmente en las economías de mercados emergentes y en desarrollo, donde las condiciones financieras son, en términos generales, menos favorables. Las perspectivas de crecimiento a corto plazo de China han sido revisadas al alza gracias al estímulo proyectado de la política económica, y a la baja en una serie de otras economías grandes, entre las que destacan India, Brasil y México.

Dicho pronóstico se basa en el supuesto de cambios en el espectro de políticas adoptadas por el nuevo gobierno estadunidense, con los consiguientes efectos de contagio a escala internacional. En este momento, el personal técnico prevé cierto estímulo fiscal a corto plazo y una normalización menos gradual de la política monetaria. Esta proyección está acorde con el empinamiento de la curva de rendimientos en Estados Unidos, el alza de los precios de las acciones y la sustancial apreciación del dólar estadunidense observada desde las elecciones del 8 de noviembre. El pronóstico aquí presentado también incorpora un afianzamiento de los precios del petróleo tras el acuerdo al que llegaron los miembros de la OPEP y otros grandes productores para limitar la oferta.

Las rebanadas del pastel

Disfrazado de Pancho Pantera, Miguel Mancera confundió la gimnasia con la magnesia: ordenó a su consejero jurídico que en nombre de su gobierno interpusiera un amparo en contra de la tarifa diferenciada que se aplica al precio de las gasolinas y el diésel en la CDMX, pero no contra el gasolinazo. Se parece, pero no es lo mismo… Para 2017 la Secretaría de Hacienda estimó que el tipo de cambio peso-dólar promediaría 18.2 unidades en todo el año, pero resulta que apenas en el arranque ya está 22 por ciento por arriba de dicho cálculo, y aumentando… Tres días, nada más.

Twitter: @cafevega