Sociedad y Justicia
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En 2030 serán 8 millones, advierten la OMS y el Instituto de Cáncer de EU

El tabaquismo deja 6 millones de muertes al año en el mundo

El aumento de impuestos es la estrategia más efectiva para reducirlo, según estudio conjunto

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Las medidas fiscales para reducir el consumo de tabaco no afectan las economías de los países, como alegan las empresas, asegura una investigación del Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos y la Organización Mundial de la SaludFoto Carlos Ramos Mamahua
 
Periódico La Jornada
Martes 24 de enero de 2017, p. 31

Alrededor de mil 100 millones de personas (21 por ciento de la población mundial) son fumadoras: una tercera parte de los hombres y 6 por ciento de las mujeres. A causa de esta adicción, al año mueren 6 millones de individuos, y de mantenerse esta tendencia, la cifra llegará a 8 millones en 2030, advierte una investigación realizada por el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Los resultados de ese análisis fueron retomados en un editorial de la revista científica The Lancet, el cual resalta que si bien las políticas y programas que buscan reducir el consumo de productos del tabaco son efectivos, es crucial la aplicación creciente de impuestos, en particular para cumplir la meta de bajar 25 por ciento la prevalencia, como acordaron los países en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

El estudio Economía y control del tabaco contó con la participación de 60 investigadores de varios países, los cuales acreditaron que de manera preocupante el poder de mercado de las empresas aumentó recientemente, lo que implica nuevos desafíos en la creación de estrategias para abatir la adicción al tabaco en el mundo.

Ante las políticas que diferentes países han puesto en marcha, las empresas incursionan cada vez más en los mercados de la región este del Mediterráneo, donde el tabaquismo está en aumento, lo mismo que en África.

Advierte que a escala global el número de fumadores está aumentando, y las 6 millones de muertes registradas al año en la actualidad podrían llegar a 8 millones en 2030, la mayoría (80 por ciento) en países de bajos y medianos ingresos, donde tendrían que reforzarse las estrategias para advertir a la población sobre los daños a la salud que provoca el tabaquismo.

Resalta que las naciones desarrolladas que cuentan con políticas fiscales agresivas y esquemas de control sobre los productos del tabaco han sido exitosas para modificar la tendencia del consumo.

La investigación difundida hace unos días y retomada por The Lancet consta de 700 páginas, en las que documentan las acciones emprendidas por los gobiernos para hacer frente al creciente costo de los servicios médicos para atender las enfermedades asociadas al consumo de cigarros, así como para fortalecer la prevención, es decir, evitar que el número de fumadores siga en aumento.

Los especialistas concluyen que la estrategia más efectiva son las medidas fiscales, y aseguran que los impuestos a productos del tabaco no provocan ningún daño a las economías de los países, como alegan las empresas. Por el contrario, el consumo disminuye rápidamente.

Esta sola medida contribuiría a que los países alcancen los ODS y en 2030 bajaría en una tercera parte la cantidad de muertes prematuras por enfermedades no transmisibles y vinculadas al tabaquismo.

Sin embargo, advierte el reporte, sólo 33 países aplican estrategias que incluyen aumentos sustanciales en los impuestos a productos del tabaco. En lugares como China e India, señala, el gravamen es muy pequeño.

Es imperativo convencer a los ministros de finanzas sobre la importancia del control del tabaco y el aumento de la visibilidad del tabaquismo como problema en la visión del Banco Mundial y otros grupos, añade.

Los especialistas recordaron que el tabaquismo es responsable de 12 por ciento de las muertes de personas mayores de 30 años, lo que representa alrededor de 14 por ciento de los decesos atribuibles a enfermedades no transmisibles, como cáncer, afecciones cardiovasculares y pulmonares.

También se le vincula a 5 por ciento de los fallecimientos por males transmisibles, como tuberculosis e infecciones que afectan la parte baja del aparato respiratorio (bronquios y pulmones).