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Isijara sorprendió a los 40 segundos del partido, pero los Rayos no resistieron la presión

Pumas se recuperó de un gol tempranero para vencer al Necaxa en la cancha de CU

El portero auriazul Alejandro Palacios salió lesionado

Anotaron los refuerzos chilenos

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El chileno Nicolás Castillo encabezó la reacción de Pumas ayer, en partido de la jornada cuatro del torneo Clausura 2017 disputado en Ciudad Universitaria ante los Rayos del NecaxaFoto Víctor Camacho
 
Periódico La Jornada
Lunes 30 de enero de 2017, p. 3

Hay algo de épico en levantarse de una derrota. Pumas parecía extraviado después de un gol a sólo unos segundos de que se inició el partido. Necesitó sacudirse el estupor en el vestuario durante el intermedio para volver y remontar con un 3 a 1 ante Necaxa.

Apenas 40 segundos y Jesús Ijisara asombró a todos en Ciudad Universitaria. Corrió el riesgo solo, se aventuró en el área y en un alarde recortó a los defensas para mandar un tiro imparable que dejó desencajados a los locales.

Después todo se volvió un incesante vaivén nervioso, donde Necaxa se plantó en proteger una frágil ventaja y Pumas se volcó en una lucha desesperada, pero imprecisa, por entrar al área rival. Con mala fortuna, los auriazules también perdieron al portero Alejandro Palacios y entró de relevo Alfredo Saldívar al minuto 17.

Ante los embates sin fortuna, Josecarlos van Rankin buscó el recurso desesperado desde la larga distancia, con tanta potencia que el arquero de Rayos, Marcelo Barovero, detuvo la pelota, pero no pudo retenerla, aunque logró evitar el empate.

Los universitarios más inquietos corrían sin acompañamiento, de tal modo que los centros iban para nadie y muchas veces se ahogaban ante la feroz defensa necaxista. Ni Pablo Barrera ni Javier Cortés encontraban salida.

Pero los Rayos no desperdiciaban la posibilidad de un eventual contragolpe. Y estuvieron cerca. Isijara otra vez, que con insolencia trató de repetir la rutina, sólo que Saldívar no mordió la carnada y logró arrebatarle la pelota en plena gambeta.

Poco antes de terminar el primer tiempo, Pumas dio un viso de que podía recuperar el partido. Como preámbulo, Nicolás Castillo remató de cabeza, pero el balón se fue desviado para fortuna de Barovero, quien ya había quedado advertido.

Lo que sucedió en el vestuario de Pumas sólo lo saben ellos. Pero funcionó. Regresaron a la cancha como si el partido recién empezara, como si el gol en contra no fuera sino una simple anécdota. Al minuto 48, Castillo regresó a corregir lo que había anticipado. Jesús Gallardo bajó la pelota en el área, vio al chileno que enfilaba y le mandó la pelota rasante; el defensa Bryan Beckeles alcanzó a tocarla, pero se le fue bajo las piernas. Ahí llegó Castillo para anotar el empate y devolver la confianza y el temple a los auriazules.

El equipo recibió una descarga de adrenalina que lo mandó a la ofensiva. Si durante la primera parte no podía acercarse al área, ahora buscaba combinaciones ingeniosas.

En una pared con Van Rankin, Pablo Barrera se recuperó a sí mismo. Entró al área para cruzar un disparo que subestimó Barovero y terminó en sus redes. Pumas tenía la ventaja 2-1 y la autoestima reparada.

Los Rayos mostraban cada vez menos voltaje y parecía que el ímpetu del principio estaba perdido de manera irrecuperable. Pero en un parpadeo Claudio Riaño se fue encima de los auriazules, cuya defensa estaba más ausente que nunca. El necaxista desperdició la ocasión, pues el tiro se fue desviado por unos centímetros, como para dejar jadeando al arquero tras el susto.

El tiempo se agotaba y Necaxa ya estaba sometido. Pumas se veía con decisión de hacer mayor la diferencia. Castillo lo intentó con una media vuelta desde tres cuartos de cancha, en un disparo furioso que alcanzó a sacar Barovero.

Casi al final, el Necaxa todavía tuvo un estertor agresivo. Marco González estaba solo, pero en esa fracción de tiempo en la que un jugador debe decidir la acción, se confundió y no supo cómo resolver la oportunidad irrepetible. Mandó la pelota de manera inofensiva a un costado del arco universitario.

La respuesta fue decisiva. Al minuto 89 el chileno Bryan Rabello quedó frente a un rebote afuera del área. Acomodó la pelota con gracia y precisión. Disparó con tal despliegue de belleza y puntería que habría sido injusto que Barovero la tapara. Pero para fortuna de los aficionados, del futbol, ese tiro fue el 3 a 1 definitivo.

Si el tanto repentino al inicio puso en un predicamento a Pumas, la sorpresa tras el descanso dejó sin argumentos a los Rayos.

El gol tempranero en el segundo tiempo fue muy rápido, al igual que nosotros anotamos en el primer tiempo y eso nos afectó, admitió el técnico Alfonso Sosa. El segundo gol básicamente te va desgastando y luego los errores que cometimos, que fueron demasiado inocentes, además de desajustes individuales y por línea terminamos pagando el partido.

Pumas es sublíder de la tabla con nueve unidades, mientras Necaxa se estancó en el lugar 16, con tres puntos.