Sociedad y Justicia
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El próximo gobierno no debe detener la reforma educativa, dice

No hay atajo para el progreso en México, sólo la educación, considera la OCDE
 
Periódico La Jornada
Miércoles 1º de febrero de 2017, p. 37

México no puede tomar ningún atajo para impulsar el desarrollo de buenas habilidades en la población, el único camino es seguir preparando a las personas y usar la educación como una escalera para el progreso, afirmó Andreas Schleicher, director de educación en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), quien destacó que el próximo cambio de gobierno en 2018 no debe detener la implementación de la reforma educativa.

Agregó que las modificaciones a los artículos tercero y 73 constitucionales deben seguir y ser coherentes en todo el sistema educativo. Se debe tener fidelidad en su implementación. Sin embargo, consideró que la reforma tardará una década para transformar el ambiente educativo, porque no se trata de ponerlo en un papel, es mucho más complejo que eso.

En entrevista, destacó que ante las tensiones entre México y Estados Unidos es necesario reconocer que el mundo se está volviendo cada vez más incierto, más ambiguo y volátil. Y por eso la docencia no es sólo enseñar algo, sino preparar a los jóvenes con las coordenadas de navegación para que encuentren cuáles son sus capacidades y puedan cambiar el mundo.

Indicó que los desafíos para una nación como México son enormes, pero también ha habido avances en el pasado. Recordó la aprobación de una reforma constitucional en educación y la creación de un nuevo modelo formativo es algo que no podíamos pensar hace 10 años, pero, reconoció, el desafío es cumplir las promesas para fortalecer la profesión docente.

Antes, en reunión con medios de información, destacó los principales hallazgos del Programa Internacional para la Evaluación de los Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés), en los que subrayó que es necesario no sólo invertir en educación, sino hacerlo de forma correcta, por lo que exhortó a que el país duplique los fondos públicos que destina al sector.

Llamó a aplicar a corto plazo acciones que fortalezcan la transparencia de la educación y sus resultados; invertir, de forma rigurosa, en la calidad de la educación y de los docentes; otorgar reconocimiento público a su tarea, y promover un mayor grado de exigencia en la sociedad con respecto a la educación de calidad, pues –afirmó– las expectativas siguen siendo débiles.

En cuanto a la posibilidad de que el sistema educativo nacional deba atender a un número mayor de alumnos provientes de Estados Unidos, indicó que en el pasado México logró expandir su capacidad de cobertura, pues en 2000 menos de 50 por ciento de quienes tenían 15 años –dijo– estaban matriculados, y para 2016 la cifra fue de 65 por ciento.

No es tanto el tamaño del sistema, sino que el reto es mejorar la calidad para atender a esos jóvenes que vienen con diferentes aprendizajes, pero en el mundo en que vivimos, donde hay diferentes demandas educativas todos los días y se debe enseñar a más personas, la educación se tiene que volver más resistente a los cambios, porque no podemos seguir haciendo lo mismo de antes.