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De nuestras Jornadas

Apego a la ley

C

omo pocas veces en su historia, en estos días México enfrenta grandes desafíos derivados de la agresión, el desplante y hasta la provocación cotidiana del titular del Poder Ejecutivo federal de Estados Unidos, el vecino del norte. Es imprescindible que en sus respuestas el gobierno de nuestro país actúe con celeridad y atingencia, pero con pleno respeto a las normas de convivencia internacional y a las leyes que regulan las relaciones sociales entre los mexicanos.

Si bien es verdad que las autoridades mexicanas tienen que pisar a fondo el acelerador que lleve al país a volver la mirada a las naciones del sur de América, y a otros de otros continentes que tienen economías de mercado consolidadas y, por tanto, una cultura que precia las libertades, el respeto a las leyes y el libre comercio, ello no debe ser motivo para que quebranten leyes o violenten derechos.

Seguramente, en breve el proyecto de Zona Económica Especial en los límites de Guerrero con Michoacán recibirá un impulso renovado que le imprima celeridad. La realización de este proyecto requerirá de grandes extensiones de tierra donde instalar las industrias y las empresas que quieran acogerse a este esquema de apoyo fiscal. Y eso puede revivir conflictos del tipo que con harta frecuencia se ha generado en estas tierras, si bien relacionados con la construcción de desarrollos turísticos.

Ya dirigentes sociales de aquel rumbo de la entidad habían advertido con antelación de la posibilidad de que, en el afán de realizar este proyecto con rapidez, pudieran darse acciones violatorias de las leyes, la más común de las cuales es el despojo de tierras de sus propietarios originales y legítimos, los campesinos.

Dentro de la ley, todo; fuera de la ley, nada, suelen decir de vez en vez los gobernantes. Esta es la oportunidad de llevar a cabo un proceso, no necesariamente exento de denuncias y querellas, pues siempre habrá quien se sienta agraviado por la acción gubernamental, pero sí en estricto apego a la ley.

Lograrlo sería, además, estímulo y ejemplo de que en el respeto a los demás y a los gobernados es más fácil construir la unidad nacional de la cual México está particularmente necesitado en estos momentos aciagos.