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Balance de la Jornada

El triunfo más anhelado de los Diablos Rojos

A

quella tarde, mientras las tribunas de La Bombonera se convirtieron en una sucursal del manicomio y los jugadores corrían y saltaban triunfales y eufóricos, Enrique Ojitos Meza caminó relajado, con el semblante sereno entre el mar de gente que invadió la cancha. “¡Necesitábamos tanto este título…!”, exclamó con un suspiro de alivio.

Era la final del torneo Verano 2000. Fue el sexto cetro de los Diablos, que ganaron con global de 7-1 al Santos Laguna y era especialmente anhelado, porque el patrón Nemesio Diez Riega estaba en agonía. Justo en el juego de vuelta se rebautizó el inmueble; dejó de ser La Bombonera y adoptó el nombre del dueño.

Esa misma tarde, el plantel escarlata en pleno –con Rafael Lebrija como directivo, José Cardozo, su máximo goleador con 249 dianas, y el Ojitos Meza como el estratega que más títulos le dio– acudió presuroso al hospital Español a llevar el trofeo de campeón a don Nemesio, quien tres días después (el 6 de junio de 2000) dejó de existir, a los 90 años.

El equipo nació el 12 de febrero de 1917; Nemesio Diez lo obtuvo 50 años después para convertirlo en uno de los más ganadores del futbol mexicano. Cuando Toluca es ya el tercero con más estrellas, sólo detrás de América y Chivas, se develó una estatua en homenaje al empresario cervecero.

Valentín Diez Morodo, hijo de don Nemesio, ha sumado cuatro campeonatos más y una Concachampions, y con motivo del centenario invirtió en la remodelación del estadio más de mil 500 millones de pesos. La mesa está puesta, el club mexiquense ansía otra etapa gloriosa y un cetro más, ahora bajo la batuta de Hernán Cristante, quien, por lo pronto, ya ubicó al Toluca de Sinha como líder general.

A Ricardo La Volpe se le deshace el América en las manos. El paraguayo Cecilio Domínguez esta vez no pudo echarse el equipo al hombro, mientras Oribe Peralta falló un gol cantado y, aunque hubo escasa afición en el fantasmal estadio Azteca con esos partidos de local que terminan casi a la media noche, hasta el cemento pareció cobrar vida para lanzar el grito de ¡Fuera La Volpe!

Basta de los caprichos del arrogante timonel que sólo perjudican al equipo. Echó a dos de sus consentidos: Moisés Muñoz y Rubens Sambueza, y tiene congelado a Miky Arroyo, quien resolvía los partidos en crisis con fulminantes tiros directos. En resumen, hay un divorcio con la gente, que no sólo repudia a La Volpe, sino también al portero Agustín Marchesín.

El América llega, pues, arrastrando los pies ante el Rebaño, con la derrota a cuestas ante los Jaguares de Muñoz y el gris empate frente al Puebla. El Guadalajara, en contraste, ganó el clásico tapatío y está entre los punteros; además, la directiva quiere hacer las paces con los televidentes (o evitar más demandas) y anunció a 50 pesos la transmisión del partido por Chivas Tv. Debería cederla gratis.

El campeón da pena. La afición de la Universidad Autónoma de Nuevo León tan sólo ve semana a semana a once tristes tigres; sin embargo, Ricardo Ferretti se puede dar el lujo de desplomarse de fea manera y que la gente se resigne, pues ninguna protesta lo dañará en el afecto de su directiva. El otro equipo regiomontano reaccionó: Rayados por fin ganó en casa y el Turco Mohamed tomó una bocanada de aire.

Lo dicho, los partidos del Tricolor no dejan nada bueno en el tema deportivo, al contrario: Rafael Márquez se lesionó y fue sensible baja para el Atlas, Edson Álvarez llegó resentido y no pudo jugar con el América. El soporífero amistoso ante Islandia sólo sirvió para rellenar de dólares las arcas de la Federación Mexicana de Futbol y cortar el listón inaugural en una plaza tan buena como Las Vegas.

Cualquiera pensaría que los técnicos en paro viven pegados al teléfono, rezando por escuchar una oferta de trabajo, sea cual sea, pero curioso dato soltó el directivo Álvaro Dávila: reveló que Tomás Boy, Luis Fernando Tena y Carlos Bustos rehusaron el timón del Morelia... Hombres de poca fe, les invade el terror a quedar marcados por un descenso.

Ese tema arrebata el escenario. Morelia ganó tres puntos de oro en su visita a los Jaguares, rival directo en su lucha para no descender. Los nervios están erizados y las fallas abundan: Monarcas cometió autogol, pero anotó dos, y los chiapanecos desperdiciaron un penal que significaba el empate. El Veracruz de Carlos Reinoso entró de lleno en la batalla a muerte tras la derrota sufrida en Toluca.