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Negocios y Empresas

Las irregularidades de Deloitte

U

no de los graves problemas que se presentan en materia de auditorías es el manejo poco transparente de las operaciones financieras y fiscales de firmas trasnacionales. Las grandes empresas pagan menos impuestos en proporción a sus utilidades que el común de los mortales, y eso lo hacen con ayuda de consultoras globales, entre las que destacan Deloitte, Pricewaterhouse, Ernst & Young y KPMG.

Esas compañías ofrecen servicios de consultoría, contabilidad, auditoría y asesoría jurídica y financiera, procesos que les permiten jugar el papel de juez y parte ante las autoridades, como el SAT, en México, y la SEC, en Estados Unidos, o de mercados financieros, como la BMV o el NYSE.

El peso de esas consultoras ante autoridades y el público inversionista es enorme, ya que cuentan con socios y personal muy especializado a escala global, incluso de mayor nivel y con mayor información que las propias autoridades fiscales.

Deloitte, representado en México por Galaz, Yamazaki, Ruiz Urquiza, es la más grande en el mundo. Cuenta con 244 mil operadores y facturó en 2016 cerca de 37 mil millones de dólares en 150 países.

El caso es que el manejo contable y fiscal que realiza esta consultora para favorecer a sus clientes la lleva a actuar al filo de la navaja en materia legal. El caso de Enron es típico de los malos manejos contables y financieros, en los que Arthur Andersen (adquirida por Deloitte) manipuló la información contable y llevó a pérdidas multimillonarias a miles de inversionistas a escala global.

En México, Deloitte ha cometido graves irregularidades en sus auditorías. Durante 2016, por ejemplo, un caso tiene que ver con la Junta de Supervisión de Prácticas Contables de Compañías Públicas en Estados Unidos, que le impuso una fuerte multa por sus operaciones en nuestro país; otro caso es su inhabilitación por cinco años para participar con sus clientes en contratos con el gobierno. Otro escándalo, el año pasado, fue con su cliente OHL México por saltarse las normas contables de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.

Por desgracia la fuerza de estas consultoras es mayor a la de las autoridades, por lo que año tras año cometen irregularidades que perjudican a ahorradores, inversionistas minoritarios y al fisco por beneficiar en forma irregular a quienes contratan sus servicios.