18 de febrero de 2017     Número 113

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada

Tlaxcala

La visión y los retos de los
productores de amaranto

Perfecto Barrales Domínguez Presidente del Consejo Estatal de Productores de Amaranto de Tlaxcala y Representante no gubernamental del Sistema Producto Amaranto Tlaxcala  [email protected]

Tlaxcala, el estado más pequeño de la República, durante 2014 y 2015 fue el principal productor de amaranto en México, con una cosecha de 3 mil 509 toneladas en dos mil 491 hectáreas, según datos de la Secretaría de Agricultura. Sin embargo, en 2016 la superficie se redujo a 800 hectáreas en todo el estado, fundamentalmente en el municipio de Cuapiaxtla, líder en el cultivo, pues pasó de dos mil a 200 hectáreas.

Las principales causas de la disminución de la superficie sembrada fueron: el desdén de los tres niveles de gobierno para dar incentivos y apoyar a los productores tanto en la producción como en la transformación, a fin de producir harinas para la industria alimentaria; el retiro de asesoría técnica; la presencia de una nueva plaga que disminuyó los rendimientos; la venta de tierras cultivables a la industria automotriz, y la construcción de autopistas y carreteras para favorecer la instalación de otras empresas en el parque industrial de oriente y a las inmobiliarias. Incluso se tiene proyectado utilizar mil hectáreas para un sistema de celdas solares, lo cual provocaría que los ejidatarios vendieran o rentaran sus ejidos, en lugar de producir maíz y amaranto a precios bajos. En síntesis, la causa primordial de esta caída en la superficie sembrada fue de origen político más que técnico.

Ahora nuestros problemas y retos se están incrementando, a nivel interno por la privatización de Petróleos Mexicanos (Pemex), que aumentó el precio de los combustibles (gasolina, diésel, gas), y en lo externo, por la política proteccionista del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, convertida en una guerra económica en contra de nuestro país y de los mexicanos residentes en esa nación.

Ante este panorama debemos tener capacidad de respuesta inmediata, con acciones realistas que puedan contribuir a la solución de problemas alimentarios, de salud y de empleo.

A continuación detallamos algunas propuestas para enfrentar los retos presentes:

  1. Diversificar la industria. A corto plazo, dar alternativas al campesino para que NO venda su tierra a empresas extranjeras, dado que los gobiernos municipal, estatal y federal están apostando todo a las inversiones en el ramo automotriz. No me opongo a las inversiones de estas empresas, pero sería mejor que existiera una transferencia de tecnología para construir nuestros propios automóviles, que paguen impuestos y que no paguen salarios precarios.

    Ejemplo. Construcción de un agroparque para el amaranto y maíz criollo pigmentado, ambos con un alto valor cultural y nutrimental. Esta agroindustria mexicana puede crear más del doble de empleos y, además, alimentar alrededor de siete millones de personas en pobreza extrema, dedicando sólo uno por ciento de las inversiones totales privadas y estatales que destinaron para la empresa Audi. Se realizó un comparativo de la industria alemana con una agroindustria de harina de amaranto y maíz, que muestra lo siguiente:

  2. Disminuir nuestra dependencia alimentaria y de insumos de Estados Unidos y otros países. A nivel familiar se está implementando para la producción de amaranto y maíz criollo pigmentado lo siguiente:

  1. Sembrar semillas nuestras, que es el insumo más importante para tener soberanía alimentaria y no depender de las semillas estadounidenses de Pioner, Syngenta, Monsanto, etcétera.

  2. Usar fertilizantes hechos en la región como la lombricomposta, para no estar supeditado a la urea importada de Europa Oriental (Ucrania).

  3. Usar maquinaria hecha en México para olvidarnos de lo “Hecho en China”.

  4. Invertir para control de enfermedades y plagas con plantas e insumos nuestros, para no estar en manos de la transnacional Bayer-Monsanto.

  5. Colaborar en trabajos de investigación con institutos mexicanos en parcelas demostrativas, para no tener que recurrir a la asesoría extranjera.

Además, se suman nuevos desafíos a raíz de las medidas proteccionistas de Estados Unidos en cuanto a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y el retiro del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés). Esta crisis puede ser una oportunidad para corregir medidas que nos están perjudicando, para organizarnos a fin de demandar a los Poderes Ejecutivo y Legislativo que actúen con nacionalismo. Hasta ahora los ejidatarios hemos sido excluidos tanto de los acuerdos comerciales como de las políticas públicas, sin tomar en cuenta que somos productores de alimentos nutritivos como el amaranto, el cual es despreciado en la Cruzada Nacional Contra el Hambre, a pesar de ser adoptado por la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, sus siglas en inglés) para la alimentación de científicos y astronautas. Con base en lo anterior, es necesario que actuemos productores, gobiernos y sociedad en general para revalorar nuestro campo con productos mexicanos de alto valor nutricional que pueden contribuir a mejorar la salud y la economía de una región, un estado y un país.

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