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Firman carta responsiva para apreciar Bozal, la obra más reciente de Richard Viqueira

Espectadores con arnés y casco viven en escena una experiencia de alto riesgo
Foto
Ensayo del montaje que se presenta en el teatro Julio Castillo del Centro Cultural del BosqueFoto Jesús Villaseca
 
Periódico La Jornada
Sábado 18 de febrero de 2017, p. 5

Para ser espectador de Bozal, la obra teatral más reciente del creador escénico Richard Viqueira, que se estrenó en el teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque, se requiere usar arnés y casco, así como firmar una carta responsiva en caso de accidente, pues según se apunta, se trata de una una experiencia de alto riesgo.

En un cartel se advierte que la obra tiene dinámicas de altura, fuerza y velocidad y que si se sospecha que su salud puede estar en riesgo, recomiendan no entrar si se tiene una o varias de las siguientes condiciones: problemas cardiacos, cirugía reciente, embarazo, problemas de presión sanguínea, personas intoxicadas o bajo la influencia de sustancias controladas o problemas ortopédicos en cabeza, cuello, espalda, rodilla o huesos; así como de mareos, nervios o miedo extremo a las alturas.

Ante tales advertencias, precauciones y cuidadosa seguridad a cargo de personal de Protección Civil y del complejo cultural, el público antes de entrar al teatro se crea en la mente varias expectativas respecto de lo que experimentará en el montaje.

Sin embargo, los preparativos –que se entiende deben ser cumplidos según las normas de Protección Civil–, se implementan para que el espectador, con arnés y casco, sea ubicado sentado o de pie y de acuerdo con su peso, en una canastilla que sólo sube y baja a distintas alturas durante diversos momentos de la puesta en escena, llegando a una altura máxima de 7.5 metros.

La obra implica también que los actores sean elevados a distintas alturas sobre una plataforma octagonal, que evoca el interior de una nave espacial, con el riesgo que conlleva, pues llegan a actuar a 20 metros de altura sobre un pasillo de 40 centímetros.

Bozal es una propuesta en la que los espectadores, suspendidos en el aire, aprecian la acción dramática desde diversas perspectivas, toda vez que el público está alrededor de lo que es el interior de una nave espacial.

Naufragio cósmico

La historia relata el viaje de dos astronautas rumbo a la Luna, cuya nave se avería antes de llegar, dejándolos en una especie de naufragio cósmico. En esa situación, ambos empiezan a temer uno del otro, a cuestionar la identidad del otro, a dudar de las intenciones del otro.

De acuerdo con Viqueira, se trata de un proyecto que viene trabajando desde hace 10 años, con el que intenta desarrollar una especie de teatro en gravedad cero, donde espectadores y actores se encuentran suspendidos en el espacio. Para ello, explica, necesitaba crear un escenario nuevo en el que no se mire a los personajes de frente, sino que nos haga volar sobre ellos o que éstos vuelen encima del público o que todos vuelen a la vez.

La idea era hacer con recursos teatrales una obra de ciencia ficción, un poco en el estilo del terror cósmico, indica Viqueira.

Me interesaba mucho que algunos espectadores estuvieran parados, suspendidos en el aire. Tengo la impresión que esa situación te afecta no sólo de manera anímica, sino también biológica, porque todo el flujo sanguíneo se va a las piernas, quizá algunos se sientan mareados o una vez que regresas al piso, sentir la rareza de tocarlo.

Respecto de la historia, la idea fue hacer un paralelo entre los monstruos síquicos y fantásticos. Por un lado se presenta la cuestión fantástica de un hombre que se transforma; y por otro, eso detona el monstruo mental que llevamos dentro. Ambos personajes, una vez fuera del planeta, muestran quiénes realmente son, su verdadera condición, que en su delirio los lleva a creer e intentar crear un nuevo génesis, donde dos personas podrían ser fundadores de una nueva civilización. El desenlace implica una vuelta de tuerca, sobre quienes realmente viajan en la nave.

Con las actuaciones de Omar Adair, David Blanco y Rojo Córdova, iluminación de Gabriel Pascal, escenografía y vestuario de Mario Marín del Río y apoyo de unos 20 tramoyistas para el manejo manual de las canastillas, Bozal se presenta jueves y viernes a las 20 horas, sábados a las 12:30 y 19 horas, y domingos a las 12:30 y 18 horas, en el teatro Julio Castillo (Reforma y Campo Marte, estación Auditorio del Metro). El cupo es limitado a 36 espectadores, más los que deseen apreciarlo desde abajo.