Opinión
Ver día anteriorLunes 20 de febrero de 2017Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Galería mexicana en París
E

l Marais, antiguo barrio de palacetes aristocráticos, al abandono desde la Revolución de 1789, ha encontrado un nuevo esplendor gracias a las restauraciones de los viejos edificios, el saneamiento de calles y callejuelas, la apertura de innumerables comercios con sus vitrinas centelleantes de luz. Barrio de museos entre los que se cuentan los de Picasso, Carnavalet o Sully, instalados en esos palacios de nuevo resplandecientes. Zona también de galerías, propiciada, sin duda, por el magnético centro de arte que es la existencia, desde hace 40 años, del museo Pompidou, conocido como Beaubourg.

Unos 300 metros al norte de este polo de atracción, una calle estrecha que no cuenta con más de 70 números, la rue de Chapon, alberga una decena de galerías. La más reciente, inaugurada este inicio de febrero, es la primera dedicada a la pintura mexicana que se abre en París.

Dos simples letras mayúsculas le sirven de identidad: NH. Son las iniciales de los apellidos de los dos creadores de la galería: Kiara y Tadzio Nuño Huitrón, dos muy jóvenes hermanos. Ella de 23 años de edad y él apenas de 19. Si Kiara posee ya su diploma de historia del arte de la Sorbona, Tadzio sigue sus estudios especializados sobre el mercado artístico.

Aventura inédita de una empresa difícil, la galería NH fue inaugurada con la doble exposición, y al mismo tiempo homenaje, de dos creadores mexicanos consagrados: Mathias Goeritz y Teodoro González de León. Una decena de obras litográficas de cada uno cuelgan de los impecables muros blanquísimos.

Uno de los principales objetivos de la creación de esta galería, explica Kiara, es hacer conocer al público francés otros artistas mexicanos, parte del frondoso bosque que ocultan los árboles de Diego Rivera y Frida Kahlo. Darlos a conocer y ponerlos al alcance, fuera de los museos y las gigantescas exhibiciones de prestigio como fue la exitosa y reciente exposición Mexique 1900-1950 en el Grand Palais, para la cual se esperaban 50 mil personas y fue visitada por 250 mil.

Dar a conocer y poner al alcance del público litografías y serigrafías de grandes artistas, obra más accesible a los bolsillos que los originales de un Tamayo, un Toledo o un Felguérez, artistas cuya obra Kiara piensa exponer en su galería. En efecto, NH es la filial del Taller Jesusa, creado en la capital mexicana en 1985 por José y Jesusa Núñez, padres de Kiara y Tadzio. Modesta, Kiara nos señala el apoyo de ellos para abrir esta galería. Sin contar que cuenta con el magnífico fondo de obras realizadas en el Taller Jesusa, donde se experimentaron nuevas técnicas de estos métodos adaptadas al artista en turno, con la finalidad de obtener y poner de manifiesto su sello personal en cada obra.

Si la obra pictórica y escultural de Goeritz es mundialmente reconocida, en gran parte gracias a las famosas Torres de Satélite, creadas en colaboración con Barragán y Chucho Reyes, la pintura de González de León lo es menos. Teodoro es más bien célebre por su creación como arquitecto. Su decisión de experimentar la litografía se debió al empuje de Jesusa, a quien confesó una escondida vocación de pintor. Coincidencia o azar: Goeritz y Teodoro trabajaron en el taller el año respectivo de sus fallecimientos.

La audaz aventura emprendida por NH no es fácil en una ciudad saturada por innumerables galerías. Pero Kiara confía, y tiene razón, tanto en las calidades creativas de la pintura mexicana como en su prestigio entre el público francés.

En momentos tan difíciles para la paz en el planeta, con amenazas contra las soberanías nacionales a causa de un patrioterismo convertido en bandera por el presidente estadunidense, la resistencia individual es tan importante como la de los estados. Resistencia activa como la de crear intercambios novedosos, exportar productos naturales o fabricados, pero también artísticos, a sabiendas de que la pintura mexicana es conocida y admirada en Francia.