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Comienza a desacelerarse el consumo interno, advierte el banco

Reduce BBVA Bancomer de 1.5 a 1% previsión de crecimiento para este año
 
Periódico La Jornada
Miércoles 22 de febrero de 2017, p. 23

El efecto combinado de mayor inflación, aumento en tasas de interés e incertidumbre respecto del futuro de la relación comercial con Estados Unidos ha comenzado a desacelerar el consumo interno, motor del crecimiento de la economía en los dos años previos. A consecuencia de la suma de esos factores, BBVA Bancomer, el principal grupo financiero del país, redujo de 1.5 a uno por ciento su previsión de crecimiento para 2017, con la expectativa de que la recuperación se deje ver hacia 2018, expuso este martes Carlos Serrano, economista en jefe de la institución.

En ese entorno de menor crecimiento, el país debe afrontar el pendiente de reducción del déficit fiscal y el endeudamiento, dos variables bajo observación de las agencias internacionales, que han colocado en riesgo de baja la calificación de la deuda pública del país. El gobierno federal tendrá que redoblar esfuerzos para contener el gasto en 2017 y así lograr las metas de superávit primario (antes del pago de intereses de la deuda) y estabilización de la deuda respecto del tamaño de la economía, relación que hoy ronda 50 por ciento, expuso Serrano en la presentación del informe de BBVA Situación México, correspondiente al primer trimestre de este año.

Planteó la conveniencia de que, para cumplir la meta de reducir la proporción de deuda respecto del tamaño de la economía, el gasto público sea recortado cada año a la mitad del ejercicio fiscal, si las previsiones del mercado apuntan a que no se logrará el crecimiento económico previsto por el gobierno.

En 2016 el gobierno recibió recursos no presupuestados por 239 mil millones de los remanentes de operación (ganancias del Banco de México por la apreciación del dólar, que aumentó el valor en pesos de la reserva internacional de divisas). Ese dinero permitió que las finanzas públicas generaran un superávit de 0.4 por ciento del producto interno bruto (PIB), antes del pago de intereses de la deuda. Sin ese dinero, no habría habido tal superávit.

Se puede cumplir el objetivo de déficit primario con la entrega al gobierno federal de los remanentes de operación del banco central, que este año pueden ser de hasta 400 mil millones de pesos. Con esa aportación y si se cumplen los objetivos de gasto e ingreso, habría superávit primario de 0.6 por ciento del PIB. Hacia el futuro, no se puede apostar al remanente y tampoco se puede esperar que cada año los haya. Por eso que el presupuesto se debe ajustar en función del crecimiento esperado de la economía, planteó.

Panorama poco benigno

La consolidación de las finanzas públicas fue planteada como una necesidad por el especialista de Bancomer para que el país pueda afrontar un entorno adverso, por el cambio de política comercial por parte de Estados Unidos, desaceleración del consumo interno y, por tanto, de la actividad económica del país.

Este año, el PIB crecerá uno por ciento, anticipó Serrano, menos de la mitad de 2.2 por ciento esperado para 2016 (el dato oficial será publicado este miércoles) y también menor al previsto por Hacienda para 2017, de entre 2 y 3 por ciento.