Opinión
Ver día anteriorJueves 23 de febrero de 2017Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Incertidumbre: justificación para la negación
C

on la imprecisión que le caracteriza, Peña Nieto nos anuncia que el país afrontará un periodo de incertidumbre provocada por las variaciones del precio del petróleo y del tipo de cambio, así como por las dificultades de la relación bilateral con Estados Unidos. Como bien sabemos, el precio del petróleo ha tenido una larga racha de caídas que redujeron el valor de la mezcla mexicana en 70 por ciento alcanzando su disminución mayor en 2015. De entonces a la fecha el precio del crudo mexicano ha recuperado parte de lo perdido, pero se mantiene muy por debajo de los niveles promedio registrados en el sexenio anterior. Es claro que hay total certidumbre de que el petróleo no se recuperará en los próximos años.

El tipo de cambio, por su parte, se ha venido deteriorando consistentemente desde que Peña Nieto empezó su mandato. El menoscabo acumulado es muy significativo y, aunque también ha habido una ligera recuperación en las semanas recientes, nadie sostiene que pudiera recuperarse por debajo de 19 pesos por dólar. Por el contrario, es muy probable que en los meses próximos el dólar reanude su apreciación prácticamente frente a las diversas monedas, entre ellas por supuesto nuestro peso. Así que tampoco en este frente hay incertidumbre.

En cuanto a la relación con Estados Unidos es evidente que Trump va a hacer lo que dice y lo que escribe. Sin duda, obligará a que nuestro país acepte revisar el TLCAN con un propósito que ha declarado reiteradamente: reducir el déficit comercial entre ambos países. El dato enero-noviembre de 2016 fue de un superávit para las exportaciones con base en México de 112 mil 955 millones de dólares. Trump ha planteado que este superávit tiene que reducirse desde este año, por lo menos en un tercio. Esta reducción sólo será posible si se elimina la libertad comercial. Es necesario recordar que para el presidente de Estados Unidos es necesario sustituir el comercio libre, que es un concepto bilateral y multilateral, por el comercio justo para los estadunidenses. En esto tampoco hay incertidumbre.

El planteo de Peña Nieto respecto de la incertidumbre por venir, no es más que un pretexto para justificar la decisión gubernamental de no hacer nada hasta que se haya concretado el desmantelamiento del TLCAN. Insiste en negar lo obvio: el proyecto de asociación comercial con Estados Unidos, firmado por el gobierno de Salinas y sostenido por los siguientes gobiernos neoliberales, priístas y panistas, ha llegado a su fin. Es necesario aceptarlo y plantearle a la nación una nueva estrategia en la que, pese a las dificultades para su aplicación, América Latina debe jugar un papel relevante. Pero no basta con mirar hacia el sur del continente. Es necesario fortalecer los intercambios comerciales con Europa y, por supuesto, con China.

Los intercambios comerciales entre China y México no tienen la significación de lo que comerciamos con América del Norte, pero son importantes. A diferencia de lo que ocurre con América del Norte, con quienes tenemos un comercio superavitario de más de 130 mil millones de dólares, con China tenemos un defict superior a los 65 mil millones de dólares. Una parte de este déficit se explica por la localización de ciertas manufacturas que se producían en México y ahora se fabrican en China. Conviene detallar esta información para proponer un plan que permita recuperar esa producción para nuestro país. El problema, sin embargo, no se resolverá con estímulos fiscales que pudieran incentivar que empresarios mexicanos decidan producir en México bienes que venden en nuestro país.

En lugar de refugiarse en la supuesta incertidumbre, es necesario que el gobierno inicie una verdadera ofensiva diplomática que aproveche la solidaridad que se ha ido extendiendo en Estados Unidos y en otros países. Para ello es indispensable que se denuncie al gobierno de Trump en todos los foros posibles por la violación de derechos y valores fundamentales de la convivencia internacional. El muro que pretende construir para separar a México de Estados Unidos debe denunciarse ampliamente lo que, por supuesto, obliga a que el gobierno de Peña hable en todos los ámbitos posibles señalando que su construcción es una grave ofensa para nuestro país. No debe ni puede esperarse a que ocurra lo que va a ocurrir. Urge actuar.