Buenos Aires.

La presentación anual ante la Asamblea Legislativa del presidente Mauricio Macri, quien llegó al lugar esta mañana protegido por sorprendentes vallados policiales, en un intento de impedir las protestas de diversos gremios, resultó en un discurso que parecía referido a otro país, sin una mínima autocrítica a la grave situación que atraviesa Argentina, lo que fue duramente criticado por toda la oposición y repudiado por los trabajadores.

Una de sus expresiones más graves fue contra el dirigente del Sindicato Único de los Trabajadores de la Educaión de la provincia de Buenos Aires, Roberto Baradel, amenazado de muerte tres veces, tanto él como su familia, la semana pasada. El presidente frente a esto sostuvo: no creo que Baradel necesite que nadie lo cuide... les pido una ley que agrave las penas a aquellos que agreden a los docentes.

Después de estas palabras de Macri, Baradel recibió un nuevo mensaje en el que le advertían que si no daba marcha atrás en un paro que realizarán los maestros el 6 y 7 de marzo próximo, él y sus hijos iban a aparecer muertos por lo que denunció penalmente al mandatario, con el apoyo y la solidaridad de todos los sindicatos de maestros y otros gremios.

Esta semana los sindicatos de la educación esperaron inútilmente un dialogo con los ministros de Educación de esa cartera en la provincia y la nación que se han negado a cumplir con las paritarias (negociaciones contractuales) y ofrecen un aumento muy por debajo de la inflación, que el mandatario tampoco reconoció.

Macri no dio además ninguna explicación sobre las numerosas causas por corrupción, que enfrenta su administración, una de ellas tan grave como el caso del Correo Argentino, por el cual las empresas de la familia Macri tienen una deuda millonaria con el Estado, que se intentó condonar, en una acción que comprometió tanto al mandatario como a otros funcionarios de su gobierno, que están en la cuerda floja.

Justamente la mañana de este miércoles el fiscal Federal Jorge Di Lello imputó al presidente, a su padre Franco Macri, al ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, otros funcionarios del Ejecutivo y a miembros de la línea aérea Avianca por la posible comisión de los delitos de asociación ilícita, negociaciones incompatibles, defraudación contra la administración pública y tráfico de influencias.

En su requerimiento de instrucción se refirió al otorgamiento de rutas aéreas presuntamente destinado a beneficiar a Avian Líneas Aéreas, más conocida como Avianca, empresa que el año pasado adquirió la firma MacAir Jet SA, propiedad del Grupo Macri, y los acusa afectar a Aerolíneas Argentinas, la línea de bandera recuperada para el Estado por el gobierno anterior.

El discurso de Macri fue considerado por un dirigente del opositor Frente Renovador, el ex gobernador de la provincia de Buenos Aires Felipe Solá como una provocación. También indignó a las dirigentes sindicales que se movilizarán el próximo 7 de marzo contra los despidos, la destrucción de la industria nacional, la inflación, que ha llevado a una reducción considerable del salario y detenido el consumo.

En momentos en que cierran importantes industrias, y el número de trabajadores despedidos -entre formales e informales- alcanza a casi un millón de personas, cierran decenas de comercios cada día y pequeñas y grandes industrias han cerrado y suman más de siete mil en este último año, el presidente da una imagen idílica de un país que se está cayendo, sostuvo un analista local, quien consideró como una burla cínica la presentación del mandatario en el Congreso.

Precisamente entre mentiroso, cínico y alejado de la realidad, fue calificado el discurso presidencial que generó indignación entre los legisladores consultados por el portal El Destape.

"En esta apertura no tiene que hablar de ninguna herencia, tiene que venir y decirnos a los argentinos lo que va a hacer a partir de ahora para mejorar la calidad de vida y generar un desarrollo sustentable de la sociedad”, advirtió Héctor Daer, de Unidos por una Nueva Argentina, y sostuvo que Macri plantea eslogans y cifras sin ningún dato empírico que se pueda contrarrestar.

Además de los cruces con la oposición en el Congreso, especialmente con el Frente para la Victoria (FpV), se exhibieron carteles con los reclamos más urgentes de la población.

Entre otras se podían ver pancartas de No al ajuste en ciencia y técnica; Yo te vi bajar las jubilaciones y “Apoyo la lucha docente".

También había mensajes como “Basta de mentir Sr. presidente offshore” y Yo te vi endeudar de nuevo al país acompañados de fotos de la líder de la Tupac Amaru, Milagro Sala, detenida ilegalmente en Jujuy.

En la calle los trabajadores habían acudido con guardapolvos blancos y alzaban las manos en señal de que estaban protestando en forma pacífica, pero la policía los reprimió y golpeó.

No es esto lo más grave que sucede en torno al paro de los maestros. Investigadores periodísticos descubrieron hace un tiempo las oficinas desde donde empleados del gobierno actual, envían mensajes de webs por las redes sociales, y en este caso apareció uno que se encargaron de enviar por miles, donde una persona se ofrecía como voluntario para remplazar a los maestros que iban al paro, al comenzar las clases.

Se descubrió que era Mariano Bronenberg, licenciado en Relaciones Públicas, oficial de inteligencia del ejército, del temible Batallón 601 durante la pasada dictadura (1976-1983), quien invitaba a los voluntarios. Pero lo más grave es que la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, advirtió que ya tenía anotados 60 mil voluntarios. Las autoridades de La Matanza, el municipio más grande de la provincia de Buenos Aires respondió a la gobernadora, que se ajuste a derecho después de la convocatoria a voluntarios para intentar romper la huelga docente, en una fuerte denuncia pública.

Nunca en la historia argentina ante un paro, ningún gobierno amenazó con remplazarlos con voluntarios que ni siquiera son maestros. Es un escándalo aquí y en la región, como denuncian los maestros.