Tuxpan, Ver.

Ante la ‘‘coyuntura’’ del tema de la violencia en Veracruz, el gobierno federal se comprometió con las autoridades locales a ser un ‘‘aliado permanente’’. Se trata, admitió el presidente Enrique Peña Nieto, de un gran reto y desafío, pero también de la oportunidad de trabajar de manera coordinada y en colaboración para cumplir con el objetivo de dar seguridad a los veracruzanos.

Durante la entrega de las obras de ampliación del puerto mercante, el mandatario también –y sin hacerlo explícito– salió al paso de los vaticinios de recesión sobre la economía nacional. ‘‘México sigue creciendo’’, aseguró.

El país ‘‘sigue ampliando su capacidad productiva’’ y sus productos salen a la conquista de mercados, como ocurrió en enero con las exportaciones mexicanas, las cuales crecieron ese mes a una tasa de 11.4 por ciento, el mayor aumento para el mismo mes en los pasados seis años, indicó.

‘‘México se hace todos los días; hoy es muy distinto al de hace tres décadas. Ahora aspira a ser mucho más desarrollado, dar mayores oportunidades de realización a sus habitantes y a cerrar las brechas de desigualdad. Y en alcance a estos objetivos, la verdad es que hemos avanzado de manera acelerada y de forma muy positiva’’, indicó.

El gobierno, añadió, se ha encargado de propiciar escenarios de certidumbre para los inversionistas, porque quienes deciden ‘‘jugársela’’ con el país lo hacen a partir de analizar las condiciones óptimas para atraer capitales.

La nueva terminal portuaria y el distribuidor vial inaugurados ayer (a este último y por sugerencia del jefe del Ejecutivo se le pondrá el nombre del tuxpeño Jesús Reyes Heroles) tuvieron una inversión de 12 mil millones de pesos. Dispone ahora de una capacidad operativa de 22 millones de toneladas. Se hicieron obras de dragado para un canal de navegación de 6.5 kilómetros de longitud y 15 metros de profundidad.

Tuxpan es el puerto más cercano a la Ciudad de México y es el principal punto de entrada de los hidrocarburos que importa el país. Ahí se recibe 95 por ciento de los petrolíferos que se consumen en el Valle de México.

Se cumplirá, dijo además, la meta sexenal de tener instalaciones portuarias para manejar 500 millones anuales de mercancías. Al finalizar el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, dicho volumen era de 260 millones de toneladas. En suma, apuntó Peña Nieto, ‘‘estamos llegando a buen puerto’’.

El jefe del Ejecutivo defendió una vez más las reformas estructurales, de las cuales ‘‘algunos beneficios se empiezan a apreciar, pero sin duda la maduración plena se estará dando en el mediano y largo plazos’’.

Se refirió entonces a Petróleos Mexicanos (Pemex) y sus nuevas oportunidades de asociarse con el capital privado para explorar y explotar hidrocarburos, y por esa vía recuperar la capacidad productiva perdida. El país –subrayó– pasó de ser séptimo productor al duodécimo, ante el agotamiento de los yacimientos petrolíferos.

‘‘Pero hoy tiene (la empresa) esta gran ventaja que le da la reforma energética, por ejemplo, de ampliarse, de crecer, de explotar aguas profundas, no comprometiendo recursos de todos los mexicanos, sino comprometiendo recursos y arriesgando capital de Pemex y del inversionista privado’’, destacó.

A su vez, Jaime Chico Pardo, presidente del Grupo Carrix/SSA, y realizador de las obras de ampliación de este puerto, manifestó confianza en el país y dijo que en siete puertos esa firma ha invertido 17 mil millones de pesos, y en el resto del sexenio invertirán 2 mil millones más.

El gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, expuso por su parte las diversas obras carreteras que requiere la entidad. Prácticamente no aludió a la crisis de violencia que aquí se vive, y sólo aseveró que el estado merece tener desarrollo, estabilidad, empleo y seguridad.

Antes de regresar a la Ciudad de México, el presidente Peña Nieto conversó con el mandatario local en privado en las instalaciones del aeropuerto de Poza Rica.