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El ocaso del cazador, en cartelera, hecha con pasión, sacrificio y verdad

Fabrizio Prada invita a descubrir en el cine historias que son cercanas a nosotros

Hugo Stiglitz, productor y protagonista, ha logrado que esté en las salas, aunque sea en la periferia

Foto
Pilar Pellicer, Mario Almada (en su última cinta) y Hugo Stiglitz en escenas del filme
 
Periódico La Jornada
Lunes 6 de marzo de 2017, p. a13

Más que pedir apoyo para el cine independiente mexicano, el director Fabrizio Prada invita a que se metan en las tramas y descubran esas historias que son cercanas a nosotros.

El ocaso del cazador, su reciente filme, sigue en cartelera de Cinemex, que se atrevió a la distribución exclusiva, aunque sólo en sus complejos periféricos al centro de la Ciudad de México.

“Pedir apoyo sería como decirles que vayan a verlo por lástima, aunque la pasen mal. No se trata de eso. Hablamos de películas hechas con mucha pasión, sacrificio y verdad. Hoy, después de muchos años, tenemos en la cartelera El ocaso... con la que invito a compenetrarse”, insiste el realizador, egresado de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, en Cuba.

Prada, realizador de cintas como El sacristán, Escrito con sangre, Chiles xalapeños y Tiempo real, producida en una sola toma, asegura: Tardamos tiempo en llegar, y algunos de nosotros no hemos cobrado (incluido su productor), pero el entusiasmo y privilegio de poderla ver en pantalla grande nos llena de alegría; queremos compartir esta vivencia.

Prada cuenta con un productor y protagonista, Hugo Stiglitz, quien nunca deja de luchar. Es él quien ha logrado que la cinta llegue a pantallas. No se ha dado por vencido, como Alejo Garza, quien en 2010 se volvió noticia al morir después de sostener, atrincherado en su casa, un enfrentamiento a tiros contra un grupo de zetas en el norte del país.

La noticia del caso de Alejo Garza inspirió a Prada y a Stiglitz a escribir la historia, que se volvió película, la cual es la última en la que aparece el actor Mario Almada.

Si no fuera por la mágica terquedad de Hugo no estrenaríamos. Porque cada vez es más remoto para el cine mexicano estrenar. Él me llevó a Ayapango (estado de México) para adaptar el lugar como locación, por ejemplo.

Prada afirma que su cinta deja la enseñanza de los valores... es una historia universal y humana.

Además, destaca el director, la verdad es que hoy no se puede hacer cine sin pasión. Y en la cinta hay un logro en la combinación de talentos. Cada uno del equipo aportó en solidaridad y hermandad, porque si alguien no sintoniza o si busca lo propio y no sumarse en la dinámica del cine, te puede echar a perder el proyecto.