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Nosotros ya no somos los mismos

Méritos indispensables para convocar a una protesta pública

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Claudio X González ha manifestado su aversión a la escuela pública y, en ese papel, se ha dedicado a administrar las organizaciones destinadas a combatir la instrucción impartida por el EstadoFoto María Meléndrez Parada
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on mi mano izquierda sobre una respetable botella de Macallan. Select Oak (40% alc./ vol. 1L), (con la derecha tecleo, si no, ¿cómo?), expreso mi decisión de no volver a referirme, al menos en los próximos siete días, a las tres ilustres (iba a decir valquirias, pero tal vez sea más correcto, amazonas), aguerridas luchadoras, quienes afrontando los más altos riesgos se enfrentaron al monstruo vecino, envueltas en la enseña patria (antes por supuesto, del trágico desgarre que el viento le ocasionó), caminaron tres cuadras y corearon terribles consignas: “ bad man, bad man, Ivanka y Melania te lo cobrarán.”

El niño X, don Claudio X González (cuarto convocante), merece comentarios aparte. Anticipo: se trata de la depurada creación de un robot de nuestro tiempo. Máquina programable construida por el hombre a su imagen y semejanza. Superior, ciertamente, al construido por el matemático griego Arquitas de Terento en el siglo IV, a.C.: un ave mecánica que, ante el asombro del respetable, elevaba su vuelo merced al vapor que, le era inyectado por Dios sabe por dónde. Pero, por otra parte, ni comparación, con los señores robots del momento: el C-3PO y el R2-D2. (Todo adulto que se sienta excluido de estas referencias, sírvase consultar con su hijos, nietos o abuelitos de la contemporaneidad, sobre los personajes de la saga La guerra de las galaxias). El niño X, robot por demás exitoso socialmente, nos recuerda más bien al personaje que conocimos en el inolvidable relato de Frank Baum, El maravilloso Mago de Oz. Me refiero al hombre de hojalata, quien presumía tener más cerebro que su compañero el espantapájaros y más valor que el león cobarde, pero que se lamentaba de carecer de toda emoción. Aquí nuestro niño X lleva la ventaja, porque Claudito sí cuenta con una pequeña hendidura, un resquicio por el que se le cuelan algunos sentimientos, por ejemplo: aversión a la escuela pública, laica, científica, gratuita. Odio cerval a la educación que libera, humaniza y forma ciudadanos pensantes y críticos. Es decir, a las universidades del Estado, territorios del pensamiento libre y de la irrestricta libertad de expresión de ese pensamiento.

El niño X desprecia a los chamagosos maestros egresados de las normales oficiales pero, ciertamente con razón: todos son igual de sucios, mal vestidos, calzados con huaraches o tenis, prietos y mechudos. Los piores (superlativo de peor,) los agitadores infiltrados en las normales rurales. No le importa si son del SNTE o de la CNTE. Para él, todos son gleba inmunda y sacrílega, a la que le da por esparcir el infundio de que diosito dijo que a los hombres nos había creado iguales y así debíamos permanecer. Estos son los culpable de propalar la absurda idea de que la unidad entre los siervos y los señores es imposible. ¿Puede compararse un egresado de la escuela rural de Salaices, Chihuahua, o de la Moisés Sáenz, de Reyes Mantecón, Oaxaca, con un doctor en derecho y relaciones internacionales por la Fletcher School of Law and Diplomacy de la Universidad de Tufts? Desde su festinada recepción en tan reputadas instituciones se ha dedicado a ser el administrador, no honorífico por supuesto, de todas las organizaciones de clase, destinadas a combatir la educación que por obligación constitucional imparte el Estado. Su oficio es fundar y dirigir grupos monetarios de choque: Mexicanos de primera, Aprender primero, Bécalos, Empresarios para la tecnología en la educación, más lo que él acumule cada ejercicio fiscal. Pues este niño, Claudito, fue el convocante masculino a la manifestación de marras. Seguramente en su pasaporte y demás documentos oficiales está asentado que su nacionalidad es mexicana pero, lo que se llama una duda razonable, nos provoca algunas interrogantes: 1. En caso de un hipotético conflicto entre el Estado mexicano y la trasnacional Procter and Gamble, ¿qué pesaría más en el ánimo, la mente y las vísceras del niño X: su circunstancial nacimiento (si es que sucedió aquí, en alguno de nuestros hospitales de lujo) o toda una vida desarrollada bajo patrones, criterios, usos y costumbres anglosajones? ¿Qué se celebraba en su hogar desde pequeño, el Thanksgiving day o el Grito; el día de los santos difuntos o el Halloween? ¿Qué marcha le emociona más, Barras y Estrellas (de John Philip Sousa, no confundir con la versión de Nach Scrath, o le quitan la visa), o La Marcha de Zacatecas (del cohetero y arpista Genaro Codina)?

Hace un mes el niño X nos dejó patidifusos, (para él flabbergasted): mordió, sin el mínimo ronroneo previo, la mano que le ha mecido su cuna desde los orígenes. Dijo el Niño X ante estudiantes de la Universidad Iberoamericana: Peña debe figurar en un museo de la corrupción. Merece estar en un salón de la infamia. Brozo y Fernández Noroña se desvanecieron en el doble sentido: perdieron el sentido y desaparecieron. La lealtad no es costumbre de su espada. Le sorrajaría un poeta mayor.

2. ¿Quién considera usted con mayores méritos cívicos para convocar a una protesta pública en defensa de la nación: a las nobles, aguerridas, generosas, desinteresadas, libres de todo compromiso y sin afán alguno de reflectores: la señoras Wallace, Morera y la asesora del secretario foxista de Gobernación, don Santiago Creel (espero que no haya sido la consejera familiar de tan devoto y responsable cristiano), o : 1. las imbatibles guerreras hñähñú: Jacinta Francisca Marcial, Alberta Alcántara Juan y Teresa González Cornelio, quienes abusando de su fuerza, número y conocimientos en artes marciales, doblegaron a seis policías federales y, con lujo de fuerza, los privaron de su libertad. Este nefando acontecimiento sucedió en 2006, en la comunidad de Santiago Mexquititlán. Las tres atrabiliarias indígenas que abusaron de los seis guardianes de la ley fueron condenadas a 21 años de prisión. El asunto era tan inverosímil, que después de arduas batallas judiciales, cinco ministros de la primera sala de la de Suprema Corte ordenaron revocar la sentencia y otorgarles su inmediata libertad. El 21 del mes pasado la PGR realizó un acto público de desagravio a estas tres mujeres. Fue un foro inmejorable para que, ante el asombro de los organizadores, los presentes y quienes conocieron lo acontecido por las reseñas de los medios informativos, el país volviera a constatar la dignidad, el señorío de nuestros pueblos indígenas. Las tres agraviadas aceptaron el reconocimiento del agravio sufrido, pero no comprometieron perdón y olvido. A cambio de la remuneración económica por los daños y perjuicio sufridos, su reclamo se centraba en la reafirmación de las autoridades de todo nivel, de cumplir y hacer cumplir, el compromiso fundacional de esta nación: en México, está prohibida la esclavitud, la desigualdad, la discriminación. Mujeres de confiar son éstas, ¿no es cierto? 2. La otra opción que permito presentar, la constituye ese grupo de veracruzanas del municipio de Amatlán de los Reyes, encabezadas por Leonita Vázquez Alvízar y Norma Romero, quienes llevan más de 20 años de convocar a todo el pueblo para apoyar a los miserables hombres, mujeres y niños que huidos de Centroamérica viajan en el techo de la Bestia en busca de un sueño que suele terminar en la peor de las pesadillas. Ellas apartan y aportan de lo suyo, para compartirlo. Solidaridad, no me canso de repetir, no es dar a los demás lo que nos sobra, sino compartir lo que a todos nos hace falta.

Respecto del niño convocante me atrevo a estas opciones que supongo de mayor mérito y credibilidad:

Manuel Clouthier Carrillo, candidato independiente a diputado federal, ganó con 43.3 por ciento de los votos. Ha seguido independiente y propositivo durante todo su ejercicio. Pedro Kumamoto candidato, también independiente a diputado local por Zapopan, Jalisco, ganó y se mantiene como el más activo de los legisladores del Congreso local de Jalisco.

Tiene 23 años. Es estudiante del cuarto semestre de la Facultad de Ingeniería de la UNAM (¡Fuchi!, diría el niño X). En dura competencia del más alto nivel, logró colocarse como uno de los cuatro líderes emergentes del sector espacial. Es el más joven de los cuatro seleccionados por cada continente. Su nombre: Dalton Bazaldúa. Junto con Yair Piña, estudiante de física de la UNAM, desarrollaron un dispositivo para vigilar los signos vitales de los astronautas. Será probado en EU en abril y en Polonia en junio. Y con su perdón niño X, pero resulta que, estos, son resultados de la educación pública de la que usted abomina. (Información de Notimex).

Últimos renglones ya nada más por… digámoslo finamente: incomodar: ¿A cuál grupo, de los descritos, le respondería entusiástamente una convocatoria? ¿En verdad usted es de los que cree en el sueño guajiro de la unidad nacional? Platiquémoslo la próxima semana.

Twitter @ortiztejeda