Sociedad y Justicia
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Felipe de Jesús Pérez pertenece al 0.5% de la población con el órgano desalineado

A veces está triste, a veces patalea, dice tzotzil de su corazón, ubicado a la derecha

Padece cansancio desde niño; si la víscera está bien conectada funciona correctamente: médico

Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 6 de marzo de 2017, p. 39

San Cristóbal de Las Casas, Chis.

Felipe de Jesús Pérez tiene 55 años. Cuando tenía 35 supo que su corazón estaba de su lado derecho, así como que forma parte del 0.5 por ciento de la población cuyo órgano no se ubica a la izquierda.

Desde que era niño me cansaba mucho, no podía subir una pequeña cuesta; quería jugar básquet y futbol, pero no podía, narró el tzotzil originario de la comunidad Zacualpa, municipio de San Cristóbal.

Dice mi mamá que de chiquito me enfermaba mucho, que era flaco y que siempre tenía que ir con el doctor. No podía subir de peso. Cuando tenía 15 o 16 años era delgadito y me quejaba mucho a la hora de dormir. De 12 hermanos, sólo yo nací así, con el corazón del lado derecho; eso me ha complicado la vida, dijo en entrevista.

La familia de Felipe tiene un puesto en el mercadito de San Ramón, en San Cristóbal, donde sus hijos y su esposa, María Díaz Sántiz, venden frutas y verduras. Él permanece en su casa, en la colonia Palestina, donde tiene una tienda.

Felipe vivió un tiempo en Tuxtla Gutiérrez, la capital, pero volvió a San Cristóbal porque me enfermaba de los pulmones por el ventilador. Ahí supe que tenía el problema. El doctor me dijo que pensara bien dónde quedarme, si en tierra fría o caliente, para que no se me complicara tanto. Y me vine para acá.

Añadió: Mi papá ya había muerto cuando se descubrió el problema de mi corazón. Sí, se me ha complicado la vida tenerlo en el lado derecho y por la falta de un pulmón, pero qué le voy a hacer, si así nací. A veces se me hinchan los pies por la mala circulación de la sangre. Los médicos me proponen que vaya a operarme a Ciudad de México, pero ya estoy grande; mejor no.

Felipe reconoce: “no está bien que mi corazón esté del lado derecho. Dicen que tengo inflamado el riñón y el hígado. El corazón no me duele, pero a ratos está triste y a ratos alegre. A veces patalea, bombea rápido. No puedo hacer ejercicio ni correr (...) nada, dijo mi mujer, María Díaz Sántiz, cuando lo supo; sólo dijo: ‘Ojalá no nazcan así tus hijos’, y ninguno salió así”.

El cardiólogo Luis de Jesús Cordero Pérez, del Hospital de las Culturas, explica que sólo 0.5 por ciento de las personas tiene el corazón del lado derecho.

–¿Que complicaciones tiene una persona con el corazón en ese sitio? –se le preguntó.

–Ninguna trascendencia mientras los vasos estén bien conectados a la zona que les corresponde; funciona como un corazón normal situado en el lado izquierdo. Le llamamos situs inversus (alineación errónea de los órganos dentro del cuerpo). A veces están al revés los vasos o a veces en su mismo lugar.

“Cuando está al revés hay repercusión desde el punto de vista clínico, pero si está bien conectado no pasa nada, y quizás el paciente nunca se dé cuenta de que tiene el corazón al revés.

Si tiene malformaciones hay que corregir, pero si no, la persona puede vivir tranquilamente su vida sin complicaciones; son malformaciones de manera casual que se dan.