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Presenta en Bellas Artes su libro Cuando el cielo se pinta de anaranjado: ser mujer en México

Irma Gallo propone repensar el feminismo y volverlo incluyente

Es intolerante y muy poco abierto a la crítica, explica la periodista en entrevista con La Jornada

“Tiene que ver con cómo las mujeres hemos educado a la otra mitad del mundo, a los hombres”

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El libro Cuando el cielo se pinta de anaranjado: ser mujer en México, publicado por la Universidad Autónoma de Nuevo León, es un mosaico de muchas situaciones para mostrar los distintos rostros de la mujer en el país, detalla la escritora Irma Gallo (CDMX, 1971) en entrevista con La Jornada, efectuada en el Centro Cultural Elena Garro, en CoyoacánFoto Jesús Villaseca
 
Periódico La Jornada
Miércoles 8 de marzo de 2017, p. 3

¿Qué significa ser mujer en México? ¿Perder a los hijos por decir alto a la violencia? ¿Ser encarcelada por matar en legítima defensa a un violador? ¿Ser discriminada por no tener atributos biológicos femeninos? ¿Resignarse a la soledad y el abandono en la vejez?

La periodista y escritora Irma Gallo (CDMX, 1971) responde a estas cuestiones en su libro Cuando el cielo se pinta de anaranjado: ser mujer en México, mediante 16 historias que no sólo convocan a la reflexión, sino también invitan a la acción, a la solidaridad.

Publicado por la Universidad Autónoma de Nuevo León, el volumen plantea además un llamado de atención para repensar el feminismo, pues, en opinión de la autora, parte del problema en torno a la inequidad de género o la violencia contra las mujeres es que no nos hemos puesto de acuerdo en qué es el feminismo y cómo debe evolucionar.

Trascender lo académico

En entrevista con La Jornada, Irma Gallo habla de la charla que tuvo con la crítica literaria Jean Franco, especialista en literatura escrita por mujeres (incluida en este libro), “quien afirma que el feminismo se ha quedado en lo académico; nada más nos hemos visto unas a otras, entre mujeres de cierto nivel educativo, económico y social, pero no volteamos a ver a las indígenas ni a las niñas ni a las presas ni a las trabajadoras sexuales, mucho menos a las transexuales.

“Es decir, ha habido un feminismo muy intolerante, excluyente y muy poco abierto a la crítica. Por eso gran parte de que las cosas estén como están tiene que ver con cómo las mujeres hemos educado a la otra mitad del mundo, a los hombres, y no hablamos de épocas pasadas, sino de la actualidad, de nuestra generación.

“Así, no debemos sorprendernos cuando alguien diga ‘¿un libro de feminismo? ¡Qué flojera, el mismo rollo de siempre: intolerante e intransigente, atrapado en sus mismos esquemas de hace muchos años!’ Por eso intento que este libro no sea así; para empezar cuento historias, pero desde un feminismo que, como lo entiendo, debe ser ante todo incluyente, como un acto de solidaridad”.

La periodista reitera que ser feminista y ser mujer en México son dos cosas diferentes. “Sobre todo, muchas jóvenes, hoy, no se quieren asumir como feministas, quizá por esa carga tan negativa que ha tenido el término. Ser mujer en este país, en cambio, todavía es una situación difícil, como describo en el texto donde hablo de la asociación Dremers Moms de Tijuana, que agrupa a mujeres que han sido deportadas de Estados Unidos luego de vivir allá por décadas.

Si bien se deporta también a hombres, cuando la deportada es una mujer, que además es madre, el drama es más fuerte para toda la familia. Cuando se rompe el lazo entre madres e hijos, éstos quedan muy mal.

Irma Gallo estudió comunicación social en la Universidad Autónoma Metropolitana y desde 2001 es reportera cultural en Canal 22. Los reportajes que incluye en Cuando el cielo... se forjaron, en principio, a partir de su interés por dar voz a mujeres que con proyectos vinculados al arte y la cultura lograron rebasar la violencia o, al menos, olvidarla un poco.

Es el caso de las integrantes de la puesta en escena Medea material, que se presentó en el Foro Shakespeare, o de la escritora libanesa Joumana Haddad, quien tiene una revista erótica, además de realizar investigación académica, son sus trincheras contra la misoginia. También el de Dolores Dorantes, en Los Ángeles, quien imparte entre los migrantes talleres de escritura autobiográfica, como una forma no sólo de conocimiento, sino de sacar todo lo que hace daño.

Las primeras historias que recupera la autora datan de 2011. Se incluyen testimonios de mujeres que viven en la Casa Xochiquetzal, refugio para sexoservidoras de la tercera edad, mujeres transexuales, asuntos de violencia de género y un reportaje sobre la depresión posparto.

Es un mosaico de muchas situaciones para mostrar los distintos rostros de la mujer en el país. Me interesó dar voz a las mujeres transexuales, porque si alguien vive violencia en México son ellas. No tienen una identificación oficial porque nacieron con otro sexo biológico, las asesinan, las discriminan. Si cometen un delito menor, como robar unas medias en una tienda, pasan años en una cárcel de hombres, sin acceso a servicios legales por carecen de dinero.

El libro Cuando el cielo se pinta de anaranjado: ser mujer en México será presentado hoy a las 19 horas en la sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes (avenida Juárez, esquina Eje Central Lázaro Cárdenas).