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Gustavo Dudamel dirige en Barcelona un maratón con las nueve sinfonías del compositor

Con música de Beethoven impugnan el caos y llaman a romper todas las fronteras

La Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela y su titular artístico interpretan hoy la 7 y la 8

Piden erigir un mundo nuevo sin violencia y confiar en la libertad, la cultura y la belleza

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La batuta de Gustavo Dudamel y los jóvenes intérpretes de la Orquesta Simón Bolívar durante su mensaje humanista, en el Palau de la Música Catalana en Barcelona, en el primer concierto, el domingo pasadoFoto Antoni Bofill
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Aspecto del abarrotado recinto en el Palau de la Música Catalana en BarcelonaFoto Antoni Bofill
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 14 de marzo de 2017, p. 5

Barcelona.

Música de Beethoven para lanzar un mensaje humanista a un mundo caótico, atrabiliario, con sus filamentos recubiertos de una energía en ocasiones violenta, en otras armónica.

El director artístico venezolano Gustavo Dudamel y la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar ejecutarán las nueve sinfonías de Ludwig van Beethoven en una especie de maratón en el Palau de la Música Catalana, en Barcelona, para encender una llama e impugnar que el caos sea inevitable.

En un proyecto que se inició hace un par de años, pero cuya intención es continuar, Dudamel y su joven orquesta –los músicos tienen entre 17 y 34 años y todos se formaron en el Sistema Nacional de Orquestas venezolano fundado por el maestro José Antonio Abreu– se sirvieron y se servirán de las sinfonías del compositor alemán para hablar del mundo y sus contradicciones, para gritar con enérgica vehemencia que la música es uno de los escasos símbolos de unión que persisten en los siglos de civilización, para demostrar con hechos que un signo de libertad es la cultura.

El proyecto en el que se unieron las nueve sinfonías de Bee-thoven con Dudamel y la Orquesta Simón Bolívar entregó su semilla inicial en 2015, cuando las ejecutaron en Bogotá por primera vez, algunas consideradas obras cumbres en la historia de la música. Ahí nació y se consolidó esa idea de que mediante Beethoven y su mensaje humanista se construyan nuevos lazos de hermandad entre las personas desde la belleza y el arte. De la música envolvente, enérgica, voluptuosa y serena que interpretaron durante cinco conciertos Dudamel y sus jóvenes discípulos.

Música contra la marginación

El exigente público del Palau de la Música Catalana, edificio modernista que durante el siglo XX ha sido uno de los grandes templos de la música culta de Europa, recibió entusiasmado, asombrado y conmovido a un grupo de músicos latinoamericanos que interpretan las nueve sinfonías de Beethoven con vehemencia, quizá contagiados de la personalidad volcánica del compositor, pero también, quizá, embriagados del ímpetu y la fuerza de su director, Dudamel, quien desea, con este proyecto, demostrar que a través de la música también se pueden vencer los destinos trágicos aparentemente escritos en las biografías de niños y jóvenes pobres que crecen en las zonas marginadas de Venezuela.

El proyecto del que se alimenta la Orquesta Simón Bolívar representa ese objetivo: rescatar de las garras del hambre, la pobreza, la delincuencia y la marginalidad a niños y jóvenes que encuentran en la música su vocación y su refugio, su manera de rebelarse contra un orden económico y mundial que los condena a ser mano de obra barata y carne de la violencia ciega de la desesperación.

Dudamel así lo explicó antes de comenzar el primer concierto en Barcelona –en el que interpretaron las sinfonías uno y dos, así como las oberturas de Egmont y Coriolá–: En un mundo tan caótico como el actual interpretar a Bee-thoven cobra más fuerza por su mensaje humanista. Por eso queremos ofrecer una interpretación de un Beethoven lleno de vida y, naturalmente, latinoamericano. Porque estamos orgullosos de que sea un Beethoven latinoamericano, no por ser así va a ser una interpretación sin profundidad, pues la Orquesta Simón Bolívar no imita, se transforma a través de Beethoven y entrega un compositor muy nuestro.

Dijo que en el genio de Bonn no hay ambigüedades en sus partituras; está todo bien escrito, pero es necesaria una madurez para interpretarlo, aunque eso no quiere decir que no pueda ser tocado desde el principio de tu vida como artista. Recordemos que Beethoven simboliza el arte abrazando todos los elementos de la vida, de la sociedad, de un continente, del mundo entero; la complejidad humana, el intento de unir el mundo, las personas, mediante la música y el arte.

Seguirán Viena y Hamburgo

Gustavo Dudamel insistió en que uno de los motivos para ofrecer esa serie de conciertos, primero en Barcelona, después en Viena y finalmente en Hamburgo, es para lanzar este mensaje de paz tan necesario hoy, porque la música de Beethoven llama a hermanarnos, a romper todas las fronteras creadas durante los tiempos para construir un mundo nuevo, que se limpie de atavismos violentos y confié en la libertad y la belleza. Si nuestros jóvenes y niños tienen acceso a la cultura, tendremos mujeres y hombres con sensibilidad única en el futuro, y las sinfonías de Beethoven representan todo eso, dijo el joven director.

El maratón con la música de Beethoven se inició el pasado domingo con dos conciertos, en los que interpretaron las sinfonías uno, 2, 3 y 4, y ayer, también con un concierto, se tocaron la 5 y la 6 Pastoral; hoy martes serán la 7 y 8, y se cerrará el día 15 con la Novena Sinfonía, jornada en la que participarán el Orfeó Català y el Coro de Cámara del Palau.

En los primeros conciertos, a los que asistió La Jornada, público y crítica coincidieron en que el director que guía el barco y su joven orquesta se entregan al máximo en cada nota que ejecutan con precisión y al mismo tiempo dándole su singular trayectoria vital.

Se escuchó el grito de rebeldía de un grupo de soñadores que encontraron en la música y el aliento de Beethoven en la mejor forma de expresar al mundo que el caos y la barbarie no son inevitables. Que la música une. ¡Que la música es un acto de libertad!