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Reúne muestra 27 trabajos originales en la Casa de la Cultura Venustiano Carranza

Honran al impresor Antonio Vanegas Arroyo por su centenario luctuoso

Gracias a sus publicaciones muchos analfabetos se enteraban del acontecer de su época

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Aspecto del acto en memoria de Antonio Vanegas Arroyo (1850-1917), en el recinto que se ubica en la colonia Jardín BalbuenaFoto Francisco Olvera
 
Periódico La Jornada
Jueves 16 de marzo de 2017, p. 6

El impresor Antonio Vanegas Arroyo (1850-1917), editor de los grabados de José Guadalupe Posada, contribuyó, en parte, a que la población de su época, la mayoría analfabetos, se mantuviera al tanto del acontecer nacional.

Gracias a la publicación de gacetas y hojas-volantes con ilustraciones las personas del pueblo que no sabía leer ni escribir podía enterarse de lo que ocurría en el México de finales del siglo XIX y principios del XX.

Así lo destacó Javier Bejarano durante el homenaje que se rindió al editor e impresor poblano con motivo de su centenario luctuoso, el pasado martes 14, fecha exacta de la efeméride.

El acto consistió en una conferencia y una exposición en la Casa de la Cultura Venustiano Carranza, ubicada en la demarcación del mismo nombre, donde Vanegas Arroyo estableció su residencia, que conservan sus descendientes y cuyo valor histórico es todavía más profundo luego de que allí Fidel Castro planeó la revolución cubana.

Este último hecho se debe a la amistad que –durante su estancia en México– el fallecido líder isleño entabló con Arsacio Vanegas (1922-2001), nieto de Antonio Vanegas Arroyo; aquél fue luchador profesional y se encargó de la preparación física de los rebeldes cubanos antes de que partieran en el Granma, además de darles cobijo en su casa, se relató en la conferencia.

De acuerdo con Javier Bejarano, es imposible pensar en los grandes grabadores que han pasado a la historia nacional, entre ellos el grande entre los grandes José Guadalupe Posada, sin Antonio Vanegas Arroyo.

El uno sin el otro no hubieran trascendido, como ahora ocurre, después de 100 años. A ellos les tocó ser contemporáneos en la segunda mitad del siglo XIX, época muy cruenta para el país, con todas las intervenciones que tuvimos y luego la llegada al poder de Porfirio Díaz; y ellos plasman esa época en su trabajo, explicó.

Mediante la gráfica captan la situación grave y triste del país. El 95 por ciento de los mexicanos eran analfabetos y ellos (Vanegas y Posada) intuyen que mediante las imágenes el pueblo podía entender lo que sucedía.

Mancuerna creativa con Posada

Raúl y Jorge Cedeño Vanegas, bisnietos de Vanegas Arroyo, delinearon un perfil biográfico del homenajeado y dimensionaron su relevancia en la historia de la edición y el grabado en México.

En particular, destacaron la mancuerna de amistad y trabajo entre su bisabuelo y Posada, a quien se deben muchas de las ilustraciones que Vanegas Arroyo editaba. Fue, indicaron, una relación que se mantuvo durante años hasta la muerte de Posada en 1913.

Los dos fueron grandes artistas y grandes personajes que reflejaron en su momento a su sociedad, la de finales del siglo XIX y principios del XX, dijeron.

La exposición-homenaje reúne una selección de 27 de los más de mil impresos originales, la mayoría de más de un siglo, que forman parte del acervo de la familia Arroyo Vanegas y fueron prestados.

Entre las piezas –que se mantendrán en exhibición hasta finales de este mes en la Casa de la Cultura Venustiano Carranza (Lázaro Pavia s/n, colonia Jardín Balbuena)– figuran calaveras ilustradas por José Guadalupe Posada; semblanzas de héroes o personajes históricos, entre ellos Miguel Hidalgo, Emiliano Zapata, Pancho Villa y Porfirio Díaz; periódicos, gacetas y hojas-volantes sobre crímenes pasionales, así como dos de los escasos retratos que existen del impresor y editor Antonio Vanegas.