Sociedad y Justicia
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Acusa que industrias usan el término para ocultar daños

Pide red de grupos ciudadanos a la FAO cambiar definición de bosque
 
Periódico La Jornada
Miércoles 22 de marzo de 2017, p. 36

Ayer, Día Internacional de los Bosques, una red internacional de grupos ciudadanos planteó a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) la necesidad de cambiar su engañosa definición de bosque, pues considera las plantaciones de monocultivos bosques plantados.

El Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales manifestó que dicho concepto data de 1948 y ha permitido que atrás de una imagen positiva las industrias de la madera, la celulosa, el papel y el empaquetado oculten los devastadores impactos ecológicos y sociales de las plantaciones de monocultivos a gran escala.

La industria llama a las plantaciones de monocultivos de especies de árboles de rápido crecimiento, como el eucalipto, el pino, el caucho o la acacia, bosques plantados, pues define bosque, sólo por una altura mínima, las áreas cubiertas y el porcentaje de la cubierta de dosel de los árboles.

Agregó que bajo el disfraz de esa definición de bosque, utilizando diversos nombres, como bosques plantados, forestación o plantaciones forestales para limpiar la imagen de sus actividades, la industria ha sido capaz de expandirse rápidamente, especialmente en países en desarrollo, donde las plantaciones de monocultivos de árboles se extienden a lo largo de decenas de millones de hectáreas.

En un comunicado, el movimiento señaló que la rápida expansión de dichos monocultivos ha llevado miseria a innumerables comunidades campesinas rurales y pueblos indígenas. Allí donde han llegado las plantaciones de monocultivos de árboles, las familias han perdido sus medios de subsistencia, sus manantiales y arroyos, y se han secado sus cultivos. Han sido envenenados con agrotóxicos y sus modos de vida han sido destruidos.

Con la adopción del Acuerdo de París, por la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la necesidad de revisar la definición adquiere aún mayor urgencia, consideró Guadalupe Rodríguez, de Salva la Selva.