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Prácticamente colapsan envíos luego de que varios países suspendieron sus compras

Pide Brasil a la OMC evitar restricciones arbitrarias contra exportaciones de carne

Estamos sufriendo un golpe, un puñetazo en el estómago, advirtió ministro de Agricultura

 
Periódico La Jornada
Jueves 23 de marzo de 2017, p. 25

Brasilia.

Brasil pidió ante la Organización Mundial de Comercio evitar restricciones arbitrarias contra sus exportaciones de carne, que prácticamente colapsaron este martes, después que varios países suspendieron sus compras de productos cárnicos a la nación sudamericana, debido a un escándalo de inspección sanitaria.

Desde que estalló el escándalo por denuncias de adulteraciones en cortes para consumo humano, 15 mercados cerraron parcial o totalmente sus puertas o intensificaron sus controles sobre los productos cárnicos brasileños, golpeando un negocio que tiene clientes en 150 naciones y que generó más de 13 mil millones de dólares el año pasado.

El Ministerio de Comercio Exterior informó que las exportaciones de carne bovina, porcina y aviar cayeron de 60 millones 500 mil dólares del lunes a apenas 74 mil dólares el martes. Es decir, las ventas al exterior tuvieron un desplome de 99.8 por ciento, tras conocerse el caso. El promedio diario de ventas hasta el estallido del escándalo era de 63 millones de dólares.

Lo que estamos sufriendo ahora es un golpe, un puñetazo en el estómago, explicó este miércoles el ministro de Agricultura, Blairo Maggi, a una comisión del Senado. Agregó que a menos que se tomen acciones rápidas por parte del gobierno, Brasil podría demorar hasta cinco años en recuperar su participación de mercado.

El trabajo que tenemos por delante es recuperar, reorganizar nuestras fuerzas, viajar por el mundo y mostrar que lo sucedido acá es que algunas personas actuaron mal y no fue la culpa de un sistema o una industria, añadió el funcionario, que también es un gran productor agropecuario.

La magnitud de la crisis llevó a Maggi a asegurar que Brasil, el mayor exportador mundial de carne bovina y aviar, deberá poner en pausa sus planes de aumentar hasta el 10 por ciento su participación en el mercado global de alimentos, en el que actualmente tiene 7 por ciento. “Es un shock”, lamentó.

En un intento por minimizar los daños, Brasil entregó en Ginebra un mensaje a sus socios en la Organización Mundial del Comercio (OMC), instándolos a evitar medidas que constituirían restricciones arbitrarias al comercio internacional o contrarias a las disciplinas contempladas en el Acuerdo SPS (de aplicación de medidas sanitarias). La petición fue distribuida en una reunión del Comité de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias del organismo de 164 países.

El caso, bautizado Carne Débil, denunció a 21 frigoríficos por practicar delitos de corrupción, usar ácidos y cancerígenos para maquillar cortes en mal estado y adulterar etiquetas para falsear la fecha de validez. Todo con la venia de inspectores sanitarios sobornados para autorizar las ventas. La policía afirmó que parte del dinero sirvió para financiar a dos partidos de la base aliada del presidente Michel Temer, aunque hasta ahora no hubo más detalles al respecto.

La Policía Federal detuvo a 30 personas, clausuró tres plantas y suspendió el permiso de exportar de todas las investigadas. Entre ellas, unidades de los gigantes globales JBS y BRF.

La propia investigación policial prueba la transparencia y credibilidad de los controles. Nuestra mayor preocupación y nuestro mayor compromiso es garantizar la seguridad y la calidad de los productos, sostuvo el mensaje enviado a los países de la OMC.

Pero los esfuerzos no impidieron que China, Hong Kong y Chile –que juntos representaron 40 por ciento de las exportaciones de carne roja en 2016– cerraran sus mercados. La Unión Europea (UE), Suiza, Japón, México y Sudáfrica vedaron la entrada a productos procedentes de frigoríficos bajo sospecha. Otros países, como Estados Unidos, Corea del Sur, Argentina y Arabia Saudita –principal comprador de carne de pollo brasileña– aumentaron sus controles.