Opinión
Ver día anteriorJueves 23 de marzo de 2017Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Una crítica a Morena-Morelos
E

lectoralmente tienen razón López Obrador y sus colaboradores en dejar entrar a Morena a todo el que quiera adherirse (individualmente y no corporativamente). Es de suponerse que quien lo solicita encuentra alguna identificación con ese partido o con su máximo líder. Aunque tampoco debe descartarse que algunas de esas adhesiones obedezcan a aspiraciones políticas personales que no tuvieron cabida en otros partidos políticos o que se estime que estos van a perder sin lugar a dudas. Así ha sido antes y no tiene por qué ser diferente ahora y hacia 2018.

Morena es la demostración empírica de que los partidos tradicionales, como advertí en mi libro Democracia, participación y partidos (2016), tienen poco atractivo en la actualidad por lo que se convierten en otros, solos o en alianza, o se crean nuevos. Ante la debacle del PRD solamente le quedaban a éste dos opciones: o se refundaba (lo que no se hizo) o daba lugar a la creación de una organización nueva y en muchos sentidos distinta. Así lo entendió López Obrador, y lo hizo. Según las encuestas hasta el presente, fue un acierto y Morena va a la cabeza de todos los demás partidos y México no es el único país de América Latina donde ha ocurrido este fenómeno. Ignoro, me adelanto a decir, qué nos dirán las encuestas dentro de un año.

La estrategia de Morena, partido que nació plural en el arco del centro-izquierda, ha sido sumar, no restar, pues sabido es que las elecciones se ganan con votos y entre más tenga un partido más cerca estará de triunfar. De aquí no debe pensarse que yo crea que los enemigos de mis enemigos sean mis amigos. De hecho hay algunos nuevos adherentes de Morena que me provocan ronchas en la piel y, de llegar a ser candidatos por los que yo pudiera votar, capaz que se me barre la mano a la hora de cruzar una papeleta y la anulan. Aclaro que sería un accidente, pues no soy partidario de los votos nulos ni de la abstención. Pero sólo de imaginar que cualquiera de los senadores de Morelos (Salazar o Demédicis) pudiera ser candidato de Morena a gobernador me pone nervioso y lo más seguro es que me tiemble la mano a la hora de sufragar. Ambos senadores, con su presencia o tras bambalinas, han tenido el mal tino de apoyar a personajes indefendibles como lo son los del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (el anarquista cristiano Javier Sicilia, el mismísimo rector de la universidad estatal: Alejandro Vera y el suspirante a la presidencia Emilio Álvarez Icaza, entre otros) y los de la Coordinadora Morelense de Movimientos Ciudadanos (Gerardo Becerra y Dagoberto Rivera Jaimes, entre otros). Estos últimos y el rector Vera, por cierto, asistieron a un desayuno convocado por el obispo de Cuernavaca Ramón Castro y Castro (15/03/17), en el que también estuvieron dos panistas (uno diputado y otro ex diputado que quiere gobernar Morelos), un diputado del PRI (Matías Nazario), el dizque presidente municipal de la capital del estado, Cuauhtémoc Blanco, su secretario técnico (José Manuel Sanz Rivera) y, ¡sorpresa!, el senador de Morena (antes del PRD) Rabindranath Salazar y su entenado político, Miguel Enrique Lucía Espejo, ¡presidente estatal de Morena!

Esto ya no es pluralidad sino una aberración política. ¿Morena con esos aliados? No me parece consecuente por más que se identifiquen por su oposición al gobernador Graco Ramírez y al presidente estatal del PRD Rodrigo Gayosso (véase El Universal, 16/03/17). Una cosa es oponerse y otra hacerlo con quien sea por prestigiado o desprestigiado que esté. Ya sólo falta que Morena-Morelos busque, como el PRD en otros estados, aliarse con el PAN y/o con el PRI y hasta con la Iglesia católica para ganar la gubernatura y otros cargos de elección en 2018. Sumar sí, pero no indiscriminadamente. ¿Los de Morena-Morelos habrán escuchado el dicho que dice dime con quién andas y te diré quién eres? Sabiduría popular que, a mi manera de ver, debería de ser atendida.

Cuando leí la nota citada de El Universal lo primero que hice fue ver la fecha de la publicación, pues creí que me había confundido y que era día de los inocentes. La verdad es que no quería creer lo que leía, pues francamente no me esperaba que los de Morena, que en general tienen mi simpatía, hicieran un frente común con los ya mencionados. Sé que en estos momentos y desde muy diversos foros se ataca a Morena y se trata de desprestigiar a como dé lugar a su máximo dirigente. Pero también sé que si los dirigentes de Morena en Morelos siguen por donde van nos dejarán a muchos sin opción electoral para el año entrante. Confío en que rectifiquen y se deslinden del obispo y de sus otros invitados al desayuno aludido.

rodriguezaraujo.unam.mx