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Crimen contra la libertad
En La Jornada, el asesinato de Miroslava nos llena de indignación; exigimos justicia
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Carmen Lira Saade, directora de La Jornada, encabezó en la redacción del diario un minuto de silencio en memoria de Miroslava Breach, que fue seguido de un largo aplausoFoto José Carlo González
Periódico La Jornada
Viernes 24 de marzo de 2017, p. 9

Para los que laboramos en el área editorial de La Jornada, el asesinato de nuestra compañera Miroslava Breach la mañana de ayer nos llena de indignación, rabia y exigencia de justicia.

La muerte de nuestra corresponsal en Chihuahua se da en el contexto de la violencia imperante en el país, el cual desde hace años ha hecho víctimas también a los periodistas, quienes trabajamos con una sensación de indefensión y vulnerabilidad, no distinto al miedo que se vive en regiones enteras de la República, donde priva la corrupción y la complicidad entre autoridades y criminales.

Como advierten diversos organismos internacionales, los periodistas en México realizamos nuestro trabajo en condiciones de franco riesgo y vulnerabilidad. Más aún quienes ejercen en los estados la profesión de informar.

Desde hace siete años el Informe especial sobre la libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos incluyó a Chihuahua entre las ocho entidades de mayor riesgo para el ejercicio del periodismo. México, como país, fue ubicado en ese mismo reporte como el lugar más peligroso para los reporteros en América.

Pese a las recomendaciones que la CIDH dirigió en ese momento al gobierno mexicano, la situación, lejos de mejorar; ha empeorado.

Estas son las cifras: entre 2000 y 2010 fueron asesinados 64 periodistas y 11 desaparecieron. De 2011 a la fecha, otros 59 compañeros resultaron muertos.

En el mes anterior además de nuestra compañera Miroslava, les quitaron la vida a los periodistas Ricardo Monlui, en Veracruz, y Cecilio Pineda, en Guerrero.

Todos ellos, en sus notas y reportajes, se dedicaron a dar cuenta de las historias de injusticia, persecuciones, corrupción y muertes de otros mexicanos. Los asesinatos de periodistas como el de nuestra compañera Miroslava, que nos duele profundamente, buscan silenciar e inhibir la libertad de expresión. No lo vamos a tolerar.

Es profundamente injusto este final de su existencia violento e incomprensible. Reporteros, reporteros gráficos, redactores, editores y auxiliares de redacción nos sentimos directamente agraviados por estos hechos. Nuestra solidaridad está con los hijos, familias y amigos de todos los colegas a quienes les han arrebatado la vida.

Exigimos a las autoridades estatales y federales que se haga justicia en este y todos los casos de asesinatos de periodistas. No aceptaremos que el caso de Miroslava quede como un número más, impune como todos los que precedieron su asesinato.

Miroslava es y seguirá siendo parte de esta comunidad, porque su vida y su trabajo nos representan en la labor de resistir el terror que se pretende inocular para acallarnos.