Espectáculos
Ver día anteriorDomingo 26 de marzo de 2017Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Festival latino premia dos historias chilenas y una coproducción brasileño-paraguaya

Destacan en Toulouse cintas de ficción con temática indígena

No me gustan los estereotipos; los personajes tienen deseos, conflictos internos y sueños, dice el director de Rey

No se entiende al mapuche; se piensa que es tonto, cuando es irónico

Foto
El actor Esteban Alcaraz, participante de la cinta colombiana Los NadieFoto Afp
 
Periódico La Jornada
Domingo 26 de marzo de 2017, p. 7

Toulouse.

El cine latinoamericano deja atrás una larga tradición de tratar el tema indígena en el documental etnográfico para llevarlo a la ficción, una puesta premiada con tres galardones en el festival Cinelatino de Toulouse.

Películas como las chilenas Mala junta y Rey o la brasileña-paraguaya Não devore meu coração (No devores mi corazón), compitieron en el festival de Cine Latino de Toulouse, que terminó este sábado, con historias que hablan del abuso escolar, el amor adolescente o la discreta ironía de los pueblos originarios.

Mala junta, de la chilena Claudia Huaiquimilla, ganó el premio del público, así como el galardón entregado por un grupo de estudiantes.

Rey, del chileno-estadunidense Niles Atallah, se hizo con el premio revelación del Sindicato Francés de la Crítica de Cine.

Un rey de la Patagonia

No me gustaría pensar que tengo indígenas haciendo papeles de indígenas. Son papeles de personas que tienen deseos, conflictos internos, imaginación y sueños, declaró el director de Não devore meu coração, Felipe Bragança. Su película narra el enamoramiento de un niño brasileño, de 13 años, de una chica guaraní que vive al otro lado de la porosa frontera.

Su historia, que tiene reminiscencias de la cruenta guerra entre ambos países, en la que murieron 90 por ciento de los hombres paraguayos, representa un conflicto actual a través del enfrentamiento de un grupo de moteros y el amor imposible de Joca por Basano, la niña lagarto que lo mira desde el otro lado de la frontera.

Hay poca tradición del trabajo de ficción en Chile con gente indígena. Yo lo encuentro muy sorprendente, dijo Atallah, quien en Rey cuenta la historia de un francés que en 1860 llegó a ese país sudamericano y se proclamó Rey de la Patagonia en nombre del pueblo mapuche. Atallah filmó en una comunidad del sur de aquel país. Para él fue clave el trabajo de preproducción y de diálogo con los mapuches (pueblo que vive en Chile y Argentina, cuyo nombre significa gente de la tierra, en mapudungún). Tardó siete años en terminar su película.

Era una comunidad que yo conocía. Ellos hicieron la ruca que sale en la película y me pareció interesante que fueran ellos los que representaran su historia, dijo. Cuando llegamos a filmar explotó el volcán Calbuco. Todo estaba cubierto de cenizas. En la película la anciana habla; dice que está bien hablar, que quizá la explosión tiene que ver con eso, que tal vez estamos haciendo algo malo al adentrarse en su tierra, contó.

Entonces, el lonco (jefe) hizo una plegaria y se despejó el cielo. Todos nos sentimos mucho mejor y pudimos filmar, dijo. 

En tanto, Huaiquimilla, la directora de Mala junta, nacida en 1987, es hija de un mapuche emigrado a la ciudad. En la historia, Tano, de 16 años, es enviado desde Santiago, la capital, a vivir al sur de Chile para evitar ser internado en un centro de menores por su mala conducta. En el viaje rencuentra a su padre y en el camino inicia una tímida amistad con Cheo, un niño mapuche que sufre acoso escolar.

Esta película trata de lo pesado que pueden ser para un joven los prejuicios que la sociedad le impone. Uno es un niño mapuche, y en Chile a este pueblo se le trata de terrorista, y el otro porque es conflictivo, lo tratan de delincuente, explicó el guionista Pablo Green, de 28 años. Huaiquimilla destacó que gran parte de su estrategia para construir los personajes mapuches es sacarlos del estereotipo, usando humor e ironía.

La gran gracia de la ironía es que tiene un fuerte subtexto. El mapuche utiliza mucho ese recurso, los códigos y la metáfora. Se le ve como a alguien poco inteligente, pero no se le está entendiendo, expresó. Para definir la sabiduría mapuche utiliza el término popular chispeza, un saber que no se adquiere en la academia, sino en la calle, un conocimiento empírico.

Antallah, por su parte, destacó que le pareció importante la sospecha inicial de los actores mapuches. A los que querían actuar les dije que podían decir lo que quisieran, que se podían burlar de nosotros, y que si no querían aparecer en la cinta, lo entendía porque uno nunca sabe cómo un cineasta puede venir y filmar y manipular las imágenes, dijo el autor de Rey.

Para Bragança, de 36 años, su película no habla directamente del Brasil actual, pero sí versa sobre una dificultad de entender los conflictos, pasados y presentes.

“Vivimos ahora en Brasil un peligroso momento, en el que hay una política en el poder que quiere de alguna forma limpiar la cultura nacional, volver a un proyecto de país completamente blanco, europeizado”, concluyó.