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De nuestras Jornadas

¿Qué van a ofrecer a China?

L

os gobernadores se van a China. Cuando menos dos de ellos, Graco Ramírez, de Morelos y Marco Mena, de Tlaxcala, ya están allá. El martes los alcanzará el de Baja California, Francisco Vega de Lamadrid, y se anuncia que también irán el de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, y el de Oaxaca, Alejandro Murat. Todos en busca de inversiones, turistas y nuevos mercados, ahora que Estados Unidos ha plantado mala cara desde la llegada de Trump. La gira la promueve el mandatario de Morelos, en su calidad de presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago).

Que un grupo de cinco mandatarios busque inversiones podría ser buena noticia para sus ciudadanos, si no fuera porque algunas de esas entidades tienen graves problemas de inseguridad. Tamaulipas está literalmente ardiendo, con violencia y una fuga masiva de presos. Desde hace sexenios, la entidad es ejemplo del llamado Estado fallido, de facto en manos de la delincuencia organizada.

Baja California, sobre todo su ventana al Pacífico, Tijuana, está entrando en una espiral de violencia que tiene a distintos sectores sociales muy inquietos. Aquí, 2008 es el año al que nadie quiere volver, con balaceras en las calles y asesinatos a diario. La ciudad, que vive en parte del turismo y la vida nocturna, apenas se está reponiendo de esa debacle y ve con muy malos ojos los indicios de que las autoridades están perdiendo el control de las calles.

Hace unos días un grupo de narcocorridos grabó su nuevo disco en una estación de autobuses del servicio público municipal. Cuando se le preguntó al alcalde por qué el municipio presta o alquila sus instalaciones para fomentar la cultura del narcotráfico, la respuesta fue que los músicos se metieron y usaron esas instalaciones porque están sin vigilancia.

Así, el narcotráfico no sólo le gana las calles a la policía, sino refrenda su victoria cultural sobre la sociedad usando instalaciones públicas para cantarle a balaceras y sicarios sin que alguien –quien sea– haga algo.

¿No sería mejor que Tamaulipas, Baja California, Morelos y otras fueran entidades seguras para los ciudadanos que en ellas radican? ¿Qué les dirán a los posibles inversionistas? ¿Sabrán que deben incluir en su plan de negocios seguridad y pagos por derecho de piso? Algunos estados son ya cementerios; otros van para allá si la narcopolítica sigue mandando en este país.