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Les niegan reconocimiento como minoría étnica y acceso a subsidios

Señalan afromexicanos racismo y discriminación de autoridades
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Originario de la localidad de Río Viejo, Frumencio Bustos Domínguez (derecha) es el primer director de la comunidad afrodescendiente del municipio de Santiago Jamiltepec, Oaxaca. Lo acompañan su tío y sobrinaFoto Diana Manzo
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 28 de marzo de 2017, p. 31

Santiago Jamiltepec, Oax.

La Costa Chica de Oaxaca aloja comunidades de afrodescendientes cuyos ancestros llegaron a México como esclavos y hoy, aunque ya son mexicanos de nacimiento, aún luchan por ser incluidos en la Constitución federal como pueblos con derechos iguales a los de los pueblos indígenas y la posibilidad de beneficiarse de políticas públicas.

El artículo 2 de la Carta Magna reconoce la composición pluricultural del país y a los pueblos indígenas, pero no menciona a los afromexicanos, quienes en 2015, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, representaban 1.2 por ciento de la población del país.

Frumencio Bustos Domínguez, primer director de la comunidad afromexicana de Santiago Jamiltepec, tiene 29 años y lucha por que las 70 comunidades negras oaxaqueñas gocen de reconocimiento oficial.

Gabino Cué Monteagudo, ex gobernador de Oaxaca, suscribió una iniciativa de reforma constitucional sobre derechos de los pueblos indígenas y afromexicano. El 8 de agosto de 2016, en nombre del Consejo Consultivo de los Pueblos Indígenas y Afromexicano de Oaxaca, pidió de manera urgente y enfática al Congreso local aprobar la iniciativa, que no ha sido llevada al pleno, aunque ya se aprobó en comisiones.

A los afromexicanos de Oaxaca no les molesta que los llamen “negros, morenos, prietos o afros”, afirmó Frumencio, quien sin embargo reconoció que hay discriminación cuando deseamos obtener recursos para un proyecto agrícola, una vivienda o escuelas. Por ejemplo, la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) no los atiende.

Un ejemplo son las hermanas Claudia y Felipa Domínguez Alberto, quienes viven de confeccionar batas de manta y elaborar tortillas. El único apoyo que reciben es el del programa Prospera de la Secretaría de Desarrollo Social, pero no tienen derecho a obtener ayuda para proyectos productivos. Acudimos a la CDI en Jamiltepec, y nos dijerion que para nosotros no hay nada. Poco entendemos, pero se siente feo escuchar que a los negros no nos quieren, no existimos, pese a que nos sentimos orgullosos de ser oaxaqueños y mexicanos, dijeron.

Frumencio anotó que también son discriminados por el Instituto Nacional de Migración: No creen que soy mexicano. Fue vergonzoso que me hicieran cantar el Himno Nacional Mexicano. No creían que era de Oaxaca, me paré en pleno autobús y lo entoné. Les mostré mi credencial de elector y aún así me dijeron que era falsa. Mi gente también ha vivido esa discriminatoria experiencia. Incluso a un par de amigos los quisieron deportar a Honduras sólo porque eran negros.

Los afrodescendientes de Oaxaca se unieron con los de Guerrero y Veracruz para defender sus derechos en la asociación México Negro, creada en 1997. Anualmente debatimos nuestras experiencias y coincidimos en que México es un país racista, pese a que el gobierno federal firmó tratados internacionales como la Declaración de Durban. En los hechos no somos reconocidos constitucionalmente, porque el artículo 2 no nos protege, y mientras no nos reconozcan en las leyes no habrá políticas públicas para nosotros, sostuvo.

En las comunidades afrodescendientes de Oaxaca la discriminación es generalizada en los servicios de salud, educación, desarrollo social y dotación de infraestructura. La mayoría de la población afrodescendiente sólo ha cursado primaria o secundaria; unos cuantos acceden a la educación media superior y menos aún concluyen una carrera universitaria.

El pasado 14 de febrero, una comisión del pueblo negro de Oaxaca y Guerrero encabezada por el sacerdote Flaviano Cisneros Liborio atestiguó la presentación de una iniciativa en el Senado de la República para reformar el artículo 2 constitucional, en la Ciudad de México.

Flaviano, párroco que participa desde hace 20 años en la agrupación México Negro AC, recordó que hace tres años Oaxaca nos reconoció en su Constitución estatal, pero se ha quedado a medias. Es urgente que exista una secretaría de asuntos para el pueblo afrodescendiente de Oaxaca.

Por ello, pidió al gobernador Alejandro Murat hacer historia y dar la atención necesaria a su gente que, en el caso de los afromexicanos, ocupa 10 por ciento del territorio: son oaxaqueños y mexicanos.