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Falta ubicar aquí testimonios de su trabajo, dice

Describe musicólogo el legado del autor italiano
 
Periódico La Jornada
Sábado 1º de abril de 2017, p. 5

La influencia de Claudio Monteverdi (1567-1643) en el continente americano, particularmente en México, se advierte hasta entrado el siglo XVIII, opina Juan Manuel Lara, especialista en música novohispana, periodo que corresponde a la época del compositor italiano.

“A América llegó todavía la polifonía franco-flamenca que se acompañaba con instrumentos. Es una falsedad que haya habido alguna vez música a capella, porque los grabados de la época demuestran que la polifonía siempre se acompañaba con instrumentos, especialmente de viento”, explica en entrevista con La Jornada.

Esa corriente musical llegó al continente con los conquistadores. La música concertante apareció a finales del siglo XVII y principios del XVIII. Por supuesto, es resultado de esa evolución de la música en Europa gracias a las innovaciones de Monteverdi.

Adscrito al Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical (Cenidim) Carlos Chávez, el especialista aclara que hasta la fecha no se han localizado en México testimonios directos del trabajo de Monteverdi.

No hay documentación o testimonios musicales propios de Monteverdi en los archivos. En contraste, de la influencia de la música concertante sí. La tenemos en los villancicos de Juan Gutiérrez de Padilla, en los de Antonio Salazar y, más todavía, en los villancicos y misas de Manuel de Sumaya, aunque pertenecen a otra etapa, precisa Lara.

De acuerdo con el musicólogo, la interacción entre la música experimental y el drama es el principal aporte de Monteverdi.

Recogió los frutos de 600 años de experimento con la polifonía y, gracias a esa evolución desde el siglo noveno hasta su época, concretó su aportación a la historia de la música, aparte de la ópera, tema por el que se le caracteriza. Ese gran legado es la interacción entre la música experimental y el drama, detalla Lara.

El musicólogo sitúa al compositor, gambista y cantante originario de Crémona como un hito en el arte sonoro, aunque rechaza que se trate de un revolucionario.

Se puede hablar de una música antes y después de Monteverdi, pero de un personaje revolucionario no me parece. Suena demasiado irreal. Ninguna revolución hay en la música, digan lo que digan. Todo va saliendo por las aportaciones que hacen cada uno en su época. Es un desarrollo gradual que además nunca ha ido de menos a más, sino que en cada época hay su menos y su más, define Lara.

Hay que recalcar un aspecto de la vida de este autor: a pesar de lo maravilloso que lo encontremos a 500 años de distancia, era un maestro de capilla normal, dirigiendo la música en la corte de Mantua o en la basílica de San Marcos en Venecia.