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La ceremonia de entrega del Premio Nobel de Literatura ocurrió en un cuarto de hotel

En lo oscurito, Dylan recibe presea, diploma y del dinero nunca más se supo nada
Foto
Dylan fue captado en la entrada de un hotel en Estocolmo. Luego, Sara Danius, antes de entrar al concierto que ofreció el músico horas despuésFoto Afp y Ap
 
Periódico La Jornada
Domingo 2 de abril de 2017, p. 3

Fue un encuentro breve, en el hotel donde se hospeda Robert Zimmerman, quien fue descrito por Klas Ostergren, integrante de la Academia Sueca, como un hombre muy simpático y amable.

La siguiente información circuló en portales europeos y redes sociales. No hubo cámaras de televisión ni fotográficas, aunque alguien logró una hazaña digna de un tropel de paparazzi y coló a las redes sociales una foto espectacular: el homúnculo captado de espaldas, enfundado en elegante chamarra negra de cuero y guantes del mismo material, abajo una chamarra deportiva con capucha (sí, entró encapuchado) con una bufanda al cuello, pero encima de las chamarras.

Fachoso y elegante, combinación imposible, digna de un hombrecito fuera de serie.

Es inconfundible: su estatura, sus botas gastadas y, sobre todo, el casi ridículo trajecito que usa en sus conciertos, algunas veces blanco, ahora negro, con su bies lateral, como los viejos fracs, o como el uniforme del elevadorista de la película Budapest.

Detrás de él corre una mujer (cosa nada extraña en un ser tan especial), mientras uno de los guardias mira al paparazzo con ojos de: órale, cabrón, ya te llevaste la exclusiva.

Él no habla de cheques

Bob Dylan recibió así, en casi clandestinidad la tarde del sábado primero de abril de 2017, el Premio Nobel de Literatura 2016, según confirmaron en la fila para entrar al concierto, un par de horas después, Sara Danius, presidenta de la Academia Sueca, quien también fue captada por una cámara fotográfica entregando su boleto de entrada, el cual compró con dinero de su bolsillo, y también su colega Horace Engdahl.

Durante su concierto, que duró dos horas, Bob Dylan no hizo ningún comentario al respecto. Se limitó a cantar las hermosas canciones clásicas que ha incluido en sus recientes cinco discos, y en especial los que este sábado comenzaron a circular en el mundo entero.

Dylan nunca habla de dinero, repitieron sus allegados. Es decir, en esa reunión en lo oscurito le entregaron la medalla, el diploma, pero no dijeron si también el cheque.

Con lo cual, siguiendo la peculiar ironía dylaniana, nos dejó parafreseando a los Tigres del Norte: Del dinero y de Camelia/ nunca más se supo nada.