Por segunda ocasión en menos de un mes, Corredor Oriente Poniente (Copsa), una de las cinco empresas de la línea 2 del Metrobús, que va de Tacubaya a Tepalcates, dejó ayer de operar ante la falta de recursos para la compra de diésel y refacciones, en detrimento de alrededor de 5 mil 500 usuarios.

Desde las 14:30 horas, las 10 unidades en operación empezaron a concentrarse en el patio de encierro, donde se sumaron a otras 17 en mantenimiento, descompuestas y/o canibalizadas, porque estamos en quiebra técnica, en números rojos, aunque el organismo de transporte lo rechaza.

Los socios Telésforo Quintanilla y Pablo Espinosa señalaron que al alza en el precio de los combustibles, la devaluación de la moneda, que pega en el costo de las unidades, y la falta de pago de 6 mil 500 pesos mensuales a los socios, se suma la negativa a un incremento a la tarifa.

La suspensión del servicio es efecto del gasolinazo, pero las autoridades capitalinas se niegan a autorizar un alza a la tarifa o la entrega de un bono de chatarrización, acompañado de un subsidio e incentivos fiscales para evitar que este proyecto de transporte se hunda, afirmaron.

Advirtieron que esta situación se generalizará en siete de las 11 empresas operadoras de Metrobús, mientras en varias rutas de microbuses ya ha sucedido, pero como están dispersas no han tenido un impacto tan fuerte, como en Copsa.

Hoy, los socios de la empresa no sólo corren el riesgo de no recibir su pago mensual, sino de perder su patrimonio, porque estamos en quiebra, lo que llevó al presidente del consejo de administración, Gustavo Pérez Villegas, a solicitar a Metrobús el pago por adelantado del combustible.

De acuerdo con la información obtenida, se le entregó un cheque, pero no sabemos la cantidad, pero este lunes ya no salimos a trabajar, lo cual tiene un impacto en la prestación del servicio y el pago por kilometraje que recibimos, comentaron.