La calidad de los pescados y mariscos que se venden en la Ciudad de México está garantizada, afirmó el titular de la Secretaría de Salud capitalina, Armando Ahued Ortega, quien señaló que en las verificaciones realizadas en más de 300 mercados públicos –incluido el de La Nueva Viga– y tiendas de autoservicio, se ha determinado que son productos aptos para el consumo humano.

Dijo que se han analizado 596 muestras de estos productos y en ningún caso se han encontrado ningún tipo de contaminación, por lo que le puedo decir a la población con toda certeza que puede comprar pescados y mariscos y consumirlos con seguridad.

Luego de realizar un recorrido por puestos de La Nueva Viga, mercado especializado en la venta de productos del mar, detalló que como parte del programa Ponte Trucha, se han visitado 339 mercados públicos de las 16 delegaciones, donde se ha capacitado a más de 2 mil comerciantes en el manejo e higiene de pescados y mariscos.

Sin embargo, recomendó a los ciudadanos que al momento de comprar pescado revisen que la carne sea firme, que las escamas estén bien adheridas, que el olor sea agradable, que las agallas sean de color rosado y que los ojos se observen saltones, brillantes y transparentes.

Ahued Ortega también hizo un exhorto a la población a consumir estos alimentos no sólo en la temporada de cuaresma, sino todo el año, ya que se se trata de alimentos sanos con los que se puede combatir el sobrepeso y la obesidad.

Recordó que una vez adquirido los productos es muy importante mantenerlos en refrigeración, ya que fácilmente se pueden descomponer por las altas temperaturas que ya se empiezan a sentir en la Ciudad de México.

Agregó que comer estos alimentos en mal estado pueden provocar enfermedades como amibiasis, salmonella, tifoidea y hasta cólera, de allí que es necesario lavarlos muy bien antes de cocinarlos y consumirlos de preferencia cocidos.

El funcionario destacó que en época de calor las infecciones gastrointestinales se incrementan hasta 35 por ciento, lo cual se debe especialmente por comer en la vía pública, e incluso las aguas de sabores que expenden son un peligro para la salud.