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El grupo ingresó en tres vehículos militares con papeles falsos

Ataque talibán contra un cuartel afgano deja 140 soldados muertos
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Familiares de los jóvenes reclutas que perdieron la vida trasladaron los ataúdes en la base castrense de BalkhFoto Afp
 
Periódico La Jornada
Domingo 23 de abril de 2017, p. 19

Kabul.

Al menos 140 soldados fallecieron en el ataque de un grupo de talibanes vestidos de militares contra una base del ejército en la provincia norteña de Balkh, informaron este sábado fuentes oficiales afganas. Además hay más de 160 heridos, indicó Mohammad Ibrahim Jair Anddesh, presidente del consejo provincial de esa localidad.

Esta incursión armada ocurrió nueve días después de que Estados Unidos bombardeó, con su mayor proyectil convencional conocido como La madre de todas las bombas, una de las posiciones estratégicas del Estado Islámico (EI) en la localidad de Achim, en la provincia afgana de Nangahar, que dejó saldo de al menos 94 milicianos muertos.

Fue un asalto contra una base del ejército a pocos kilómetros de Mazar-e Sharif, capital de Balkh, según un balance provisional. La mayoría de las víctimas son jóvenes reclutas. El centro de comando está ubicado en una zona considerada una de las más seguras del país. Esta sería la ofensiva más mortífera en Afganistán contra civiles o militares.

El grupo armado, conformado por 10 combatientes, arribó al cuartel en tres vehículos militares e ingresó con documentos falsos. Comenzó el asalto cuando lanzaron un proyectil contra la entrada de la base y luego se dirigieron a una mezquita ubicada en el campo, donde los soldados participaban en las oraciones vespertinas. Posteriormente atacaron el comedor. Los milicianos utilizaron granadas y rifles de alto poder, y varios detonaron chalecos cargados de explosivos, informó una fuente castrense.

Este sábado, sobrevivientes entrevistados en el hospital de Mazar-e Sharif cuestionaban cómo el comando talibán pudo eludir los controles e ingresar en la base con sus armas. Se plantearon preguntas sobre eventuales complicidades internas. Llegaron a bordo de vehículos Humvee y camiones del ejército afgano. Estaban vestidos de militares. Es evidente que los atacantes tenían infiltrados en la base. Si no, ¿cómo habrían podido entrar? Era la hora de la oración, lo cual implica que las víctimas estaban desarmadas, declaró un oficial afgano.

Hay siete retenes que franquear a la entrada. A los guardias nos bloquean durante horas si no tenemos nuestros papeles en regla. Tenían armas, chalecos explosivos. Alguien los ayudó y eso está claro, aseguró otro sobreviviente a Afp.

Hay una investigación en curso. El balance podría cambiar. Cuando termine compartiremos más detalles con el resto de la nación, anunció el Ministerio de Defensa afgano en un comunicado. El ejército no consiguió recuperar el control del campo militar, sino hasta después de varias horas de enfrentamientos a tiros. De los 10 atacantes siete fueron asesinados, dos se hicieron estallar y uno fue detenido, agregó el ministerio.

El talibán, que reclama la partida de todas las tropas extranjeras de Afganistán, reivindicó rápidamente la operación en un texto. Indicó que cuatro de sus atacantes eran antiguos soldados que habían servido en la base y conocían las instalaciones y su funcionamiento. La milicia yihadista publicó fotos de ellos con los rostros borrosos, y aseguró haber matado y herido a más de 500 soldados.

La situación de seguridad en Afganistán ha empeorado considerablemente desde que la Organización del Tratado del Atlántico Norte finalizó su operación de combate en el país –finales de 2014– y retiró la mayoría de sus tropas. Las fuerzas de seguridad afganas llevan meses sufriendo fuertes reveses frente a los yihadistas talibanes. Un grupo de generales estadunidenses propuso hace poco volver a enviar más tropas al país asiático; sin embargo, el pasado 13 de abril Washington lanzó, con autorización del presidente Donald Trump, la mayor bomba no nuclear conocida contra posiciones del Estado Islámico.