Cultura
Ver día anteriorMartes 25 de abril de 2017Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Tres meteorólogos noruegos sostienen nueva hipótesis alrededor del célebre cuadro

Nubes raras que forman cristales y reflejan el sol en el ocaso inspiraron El grito de Munch

El artista dijo que estaba paseando cuando, de pronto, tras el atardecer, el cielo se volvió de color rojo sangre; aludió a resplandecientes nubes y aseguraba que, ante tal espectáculo, permaneció temblando de miedo, explicaron ayer los investigadores en la capital austriaca

Foto
En una conferencia científica alrededor de El grito, de Edvard Munch (1883-1944), efectuada ayer en Viena, fueron presentados los trabajos que rechazan la hipótesis según la cual el encendido cielo visto y pintado por el pintor noruego habría sido provocado por las cenizas del volcán indonesio Krakatoa en 1883. En la imagen, detalle del lienzoFoto tomadas de Internet
Foto
Detalle de las nubes nacaradas que el pintor noruego plasmó en su cuadroFoto tomadas de Internet
Foto
El grito, de Munch, en el museo del artista ubicado en OsloFoto Afp
 
Periódico La Jornada
Martes 25 de abril de 2017, p. 5

Viena.

La aparición de nubes nacaradas –extrañas formaciones estratosféricas típicas de altas latitudes– podría haber inspirado el famoso Grito, de Edvard Munch y su cielo atravesado por torbellinos de colores, según investigadores.

Tres meteorólogos noruegos, cuyos trabajos fueron presentados ayer en Viena durante una conferencia científica, rechazan la precedente hipótesis según la cual el encendido cielo visto y pintado por Munch habría sido provocado por las cenizas del volcán indonesio Krakatoa en 1883.

El pintor noruego (1863-1944) explicó que estaba paseando cuando, de pronto, tras el atardecer, el cielo se volvió de color rojo sangre. Alude Munch a resplandecientes nubes y asegura que, ante tal espectáculo, permaneció temblando de miedo.

Para los investigadores, la hipótesis del volcán, planteada en 2004 por astrónomos estadunidenses, no es válida: esta escena debería haberse reproducido tras esta gigantesca erupción de 1883. Sin embargo, para Munch, quien publicó una primera versión de El grito en 1892, esta visión fue una experiencia única, alegan.

“Es probable que detrás de la experiencia vivida por Munch y su célebre El grito estén las ‘nubes nacaradas”’, explican.

Búsqueda de respuestas en la naturaleza

Esas nubes, que se forman en invierno en la troposfera, a 20-30 kilómetros de la superficie terrestre, aparecen raramente.

Son necesarias condiciones inusuales para que se formen, explicó Helene Muri, de la Universidad de Oslo, en la conferencia de la Unión Europea de geociencias.

Debe hacer mucho frío, en torno a menos 80 a menos 85 °C, cuando la estratosfera se encuentra en un promedio de -60. Hace falta cierta humedad. Entonces se forman pequeños cristales de hielo, reflejando la luz del sol en el ocaso.

Los colores intensos forman olas, visibles un momento tras el crepúsculo, mientras las nubes de la troposfera –más baja– son visibles antes del crepúsculo.

Es una nueva hipótesis, subraya Muri.

“Hay otras. Algunos sicólogos han sugerido que fue un tormento interior lo que impulsó a Edvard Munch a pintar El grito. Pero nosotros somos investigadores en ciencias naturales, y buscamos más bien respuestas en la naturaleza.”