Sociedad y Justicia
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Empresas de espectáculos marinos ganan 130 mdd al año

Aprueban diputados una reforma que permite seguir explotando delfines
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En el salón de plenos de la Cámara, Jesús Sesma, coordinador de la bancada del Partido Verde Ecologista de México, agradeció a diputados que votaran en favor de las modificaciones a la Ley General de Vida SilvestreFoto Francisco Olvera
 
Periódico La Jornada
Miércoles 26 de abril de 2017, p. 36

Con 242 votos de PRI, PVEM, PES y Panal, finalmente la Cámara de Diputados aprobó la reforma de los verdes para que empresas dedicadas a espectáculos marinos sigan explotando delfines.

Mientras el coordinador del PVEM, Jesús Sesma, se paseó entre las curules abrazando un delfín de peluche, sus aliados le dieron los votos necesarios para que dichos mamíferos marinos, actualmente en cautiverio, puedan ser utilizados hasta su muerte y se permita la reproducción de una última generación para exhibirlos.

Asimismo, la modificación, que se envió al Senado para su revisión, fue votada en contra por 190 diputados de PAN, Morena, MC y PRD, luego de que la iniciativa original del Partido Verde, de prohibir los delfinarios, se transfiguró en un cambio a la Ley General de Vida Silvestre para permitir que dichas empresas continúen con el negocio 60 años más.

Del acuerdo original que Sesma había logrado para que al menos 10 legisladores del PAN dieran su voto al dictamen para lograr la mayoría, en la sesión del jueves –que se levantó por falta de quórum–, ayer sólo tres respaldaron el proyecto: Héctor Barrera Marmolejo, Juan Carlos Ruiz García y Santiago Torreblanca Engell.

Contra la unanimidad que Sesma Suárez quería en su bancada para la reforma, el diputado Mario Machuca Sánchez, quien ha hecho carrera política desde la priísta Confederación Regional Obrera y Campesina, en Quintana Roo, votó en contra. También de esa entidad rechazó la medida el maestro Carlos Gutiérrez García (Panal).

En ese estado se encuentran los principales delfinarios del país, y de ahí provinieron las primeras expresiones en contra de dicha modificación.

Inicialmente el PVEM propuso cerrar los delfinarios, cuando los especímenes en cautiverio murieran, y prohibir la reproducción y captura de otros. Esto es, explicaron los legisladores de ese partido, la reforma hubiera comenzado a operar en 25 años.

Sin embargo, después ese partido aceptó que los empresarios, por única vez, puedan obtener una cría más del mamífero, lo que amplió el negocio, que según el propio Sesma es de 130 millones de dólares anuales.