En el asentamiento de Lomas de Tepemecac, en la comunidad de Santo Tomás Ajusco, delegación Tlalpan, la lotificación de terrenos y la construcción de casas –algunas precarias y otras de cemento y hasta de dos niveles– en suelo de conservación no cesa.

En los caminos de terracería, después de dejar atrás la carretera Picacho-Ajusco, aparecen sobre los muros de las casas los letreros en los que se ofertan los terrenos en suelo de conservación, junto al área boscosa, a mil 200 pesos el metro cuadrado y con posibilidad de pagar a plazos.

Con un enganche te dan la posesión del terreno y ya puedes hacer un cuartito y vas pagando 3 mil pesos al mes o cómo puedas, contó uno de los pobladores, quien detalló que los lotes son de 200 a 500 metros cuadrados.

En un recorrido se pudo observar las más recientes lotificaciones en la periferia del asentamiento, donde se levantan los pies de casa por integrantes de familias de escasos recursos, que a pesar de la falta de servicios y el riesgo de ser desalojados, buscan fincar su vivienda.

“Viene mucha gente del Ajusco Medio que renta cuartitos de mil 500 pesos. Gente que va al día, pero les digo: ‘fíjense dónde compran, porque les dicen que ya hay luz y que pronto tendrán agua, pero aquí nada más está el terreno’”, expresó don Eladio, quien aseguró que políticos van y vienen con la promesa de que van a ayudarlos, pero llegan al cargo y jamás regresan.

Asentamiento humano irregular en el paraje Lomas de Tepemecac, en el pueblo de Santo Tomás AjuscoFoto Yazmín Ortega Cortés

En la zona más consolidada de Lomas de Tepemecac se cuenta con energía eléctrica regular, pero en la periferia son los propios pobladores los que han colocado polines de madera, donde acomodan los cables que se surten de manera ilegal de un transformador de corriente eléctrica.

Es el único servicio con que cuenta, porque la red de agua sólo está de adorno; no hay escuelas, centros de salud ni transporte público. Tenemos que caminar hasta la carretera. Ahí pasa la ruta 39, que viene de Santo Tomás y llega a Huipulco, contaron los pobladores.

Mauro Santillán, subdirector de Medio Ambiente de la delegación Tlalpan, indicó que la venta de terrenos se da en todos los asentamientos, de ahí que se aplican medidas de contención de la mancha urbana, entre ellas, que los comuneros reciban un pago por servicios ambientales.

Los que siembran malbaratan sus tierras porque es la única manera que tienen de obtener un ingreso; sus posibilidades económicas son muy bajas. Ya hemos llegado a tener convenios en algunas comunidades y seguimos trabajando con otras en las que ha sido difícil llegar a acuerdos, apuntó.

La invasión del suelo de conservación es denunciada ante la Dirección General de Vigilancia Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente, que cuenta con la atribución para actuar en los casos de delitos ambientales.