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El cantante de las FARC y su grupo ofrecieron un concierto en un barrio de Bogotá

Julián Conrado: de la guerrilla y la persecución, al vallenato

El músico Guillermo Torres formó parte de la mesa de negociaciones de paz con el gobierno colombiano

Añora los campamentos, por el contacto con los ríos y el vuelo de las mariposas

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A los 29 años, y después de haber grabado varios discos con grupos de folclor, Julián Conrado se incorporó a la guerrilla. En las imágenes, Conrado & The Rebel All Stars, durante su presentación en un bar de BogotáFoto Afp
 
Periódico La Jornada
Martes 2 de mayo de 2017, p. 8

Bogotá.

Julián Conrado, más conocido como el cantante de las FARC, guerrilla que implementa un histórico acuerdo de paz en Colombia, ofreció un concierto la noche del domingo en un bar del centro de Bogotá, en el que criticó la guerra y al capitalismo.

Al menos 300 personas se reunieron en el Latino Power, en el tradicional barrio bogotano de Chapinero, para ver el primer concierto en la capital colombiana de Conrado & The Rebels All Stars, agrupación de música caribeña y vallenato que incluía guitarristas, bajista, acordeonero y guacharaquero

Guillermo Torres, también conocido como Julián Conrado, cerró su presentación entre aplausos. Atrás quedaron los días y las noches de persecución y los casi tres años de cárcel que pagó en Venezuela porque hoy hace lo que más le gusta: “Cantarle al amor y al pueblo.

No es una transición que me haya impactado porque yo, antes de cantar en la selva, lo hacía en la vida civil, dice entre risas Conrado es alto, con lentes, que peina varias canas y tiene un envolvente acento costeño.

Nació en 1954 en el municipio de Turbaco, en el departamento de Bolívar, a 20 minutos de Cartagena de Indias, en el seno de una familia humilde que estuvo influida por la música y la revolución.

Siempre fui cantor

A los 29 años y después de grabar varios discos con afamados juglares del folclor colombiano entró a la guerrilla después de vivir en carne propia las injusticias que la autoridad cometía contra el pueblo, dice.

“Por eso cuando dicen ‘el cantante de las FARC’ no es preciso, porque yo llegué a las FARC siendo cantor”, aclara el veterano guerrillero que fue parte de la mesa de negociación que duró cuatro años en Cuba entre el gobierno y el grupo armado.

Afirma, mientras canta algunos versos de amor, que la vida en la selva no es fácil y que quien la asume debe tener mucha dignidad. Sin moral no se puede ser guerrillero, agrega.

La dignidad es pensar y actuar siempre con grandeza, explica al recordar los años en los que se mantuvo firme gracias a la música, incluso en Venezuela, en donde fue detenido durante una operación conjunta entre autoridades colombianas y del vecino país.

El gobierno del presidente Juan Manuel Santos solicitó su deportación desde el momento de la captura, en 2011, pero tres años después, en el contexto de los diálogos, levantó las órdenes de captura en su contra por delitos como extorsión y desplazamiento forzado y le permitió viajar a La Habana para unirse a la nueva lucha: lograr un acuerdo de paz.

Dentro de las FARC, Julián Conrado, alias que eligió en honor a un médico que fue asesinado por una acusación falsa de pertenecer a la guerrilla, se dedicó a inculcar la cultura como principal herramienta de cambio en la sociedad.

“La hora cultural se implementó en la guerrilla y todavía se hace, por lo general, de siete a ocho de la noche. Nos reuníamos en una carpa a cantar, a ver pequeñas obras de teatro, a hacer lecturas de libros, sobre todo de Gabriel García Márquez, a contar chistes y adivinanzas”, recuerda Conrado, con algo de nostalgia.

Extraño el contacto con la naturaleza. Siempre vivíamos rodeados de árboles muy hermosos, de ríos, de arroyos, del vuelo de las mariposas. ¿Tú sabes lo que es estar en un campamento y que de pronto pase una bandada de guacamayos? ¡Eso es hermoso!, sostiene, sin negar que la vida afuera también tiene alegrías. Sin embargo, haberse separado de su hijo es uno de los más difíciles sacrificios que tuvo que afrontar en la guerrilla, por lo que ahora aprovecha cada segundo con su familia y su pueblo. Se autodenomina defensor de la vida y afirma que nunca dejará de ser guerrillero, porque eso es una condición del alma.