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Pensiones: la urgencia de ajustar
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egún la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), el principal destino de los recursos abonados por los trabajadores en cuentas individuales es financiar al gobierno federal vía la compra de bonos de deuda interna: 53 de cada 100 pesos del ahorro colocado en Afores se invierte en valores gubernamentales. ¿Qué ganan con ello los dueños de los fondos?

El 14 de junio de 2016, Vicente García, director general adjunto de Pensiones y Seguridad Social de la SHCP, describió un oscuro panorama: las condiciones económicas que enfrenta el gobierno federal, dijo, imposibilitan incrementar la tasa de aportación obligatoria para pensiones. Y destacó: aumentarlas tendría repercusiones dentro del balance del gobierno federal.

En esas contribuciones obligatorias –que datan del nacimiento del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR)– el trabajador del Apartado A (IMSS) aporta 1.125 por ciento del salario base de cotización; el patrón con 5.15 y el Estado 0.225 por ciento. En total: 6.5 por ciento. En el Issste asciende a 11.3 por ciento.

Según García si se aumentaran esas contribuciones del gobierno federal: tendría mayor pasivo; un gasto corriente mucho mayor y ahora, con los recortes. y como está la situación económica en el exterior, aumentar las tasas de contribución obligatoriamente tendría una repercusión.

También los patrones tendrían afectaciones. Por ejemplo, ilustró, al obligarlos a aportar más para el trabajador, muchos optarían por disminuir salarios; contratar menos personal o hacerlo de manera informal. Además, subrayó, sería un incentivo para no declarar el sueldo total del trabajador.

En el caso de los trabajadores, indicó, incrementarles el monto con el que contribuyen para su retiro podría incitarlos a trasladarse al mercado informal. Las personas que laboran de manera independiente y que pagan impuestos, podrían dejar de pagar porque las contribuciones son altas. Todo esto tendría implicaciones en la acumulación de ahorro para el retiro, advirtió.

¿Entonces, qué hacer? Para García está claro: se tiene que trabajar más allá para ver la integralidad de este sistema de pensiones y cómo puede mejorar. ¿Cómo? Según García, para elevar la tasa de remplazo con la que podrían pensionarse las personas, la federación está realizando diversas acciones. Entre ellas: integrar la subcuenta de vivienda al ahorro para el retiro –como recomendó el FMI al secretario Meade (International Monetary Fund, Country Report No.16/359, MEXICO, November, 2016)–; promover esquemas complementarios de pensión; portabilidad de la pensión e incentivos para que las personas ahorren de manera voluntaria.

En suma: evitar ir al fondo de la dinámica del SAR. Lo que, por supuesto, nunca aclara García, es que el impacto fiscal por la mayor contribución del Estado y la menor aportación patronal, deriva directamente del tipo de reformas adoptadas en IMSS (Zedillo) e Issste (Calderón-Beltrones). Y que, por ello mismo, su oscuro panorama impacta en un gasto corriente mucho mayor. Ese tipo de reformas son la razón por la cual se trasladada una fuerte carga impositiva sobre los contribuyentes. ¿Cuántos millones de pesos, de los 507 mil 255 destinados al pago de pensiones durante 2015 (Criterios Generales de Política Económica 2017, Límite máximo de gasto corriente estructural, Gasto Neto Pagado Cuenta Pública 2015, página 72), derivan directamente del fracaso de ese tipo de reformas adoptadas?

Agréguese que –nuevamente siguiendo a Consar– 6 de cada 10 mexicanos de entre 20 y 33 años laboran sin Afore. Y es que, al amparo de las fiscalmente costosas reformas IMSS-ISSSTE, apenas alcanzarían una pensión de 3 mil 500 pesos. Para recibir una superior, sus ingresos mensuales deberían sumar 21 mil pesos. Hoy día, su promedio monta sólo 8 mil pesos mensuales. Es, pues, más que claro que los jóvenes manifiestan y reclaman un futuro pensionario diferente, sobre todo ante el comprometido y poco alentador panorama trazado por Vicente García de la SHCP y el regulador Consar.

Como si no fuera suficiente, Carlos Noriega Curtis, desde la Asociación Mexicana de Administradoras de Fondos para el Retiro (Amafore), publicita que, el esquema de ahorro voluntario a una Afore que pudieran hacer los mexicanos desde Estados Unidos, protegería las remesas del impuesto de 2 por ciento que impulsa el congresista estadunidense Mike Rogers, además de que se convertiría en el mecanismo de ahorro más barato para enviarlas. Estamos viendo la manera de cómo el ahorro del migrante, declaró, tenga más certidumbre; mejores términos para convertir sus dólares en pesos e, idealmente al reconocer que éste es su ahorro para le pensión, en su caso, pudiese estar exento de impuestos.

Todo lo anterior, mientras ocurre que los trabajadores (65 años) que intentan recuperar sus recursos depositados en Afores, padecen un auténtico viacrucis, según comunica el mismo Carlos Ramírez, regulador desde Consar: no es posible estimar cuánto tiempo en promedio tarda el trámite, pero en la mayoría de los casos es largo.

¡Vaya panorama! La urgencia de ajustar el diseño del SAR derivado de la reforma Zedillo al IMSS de 1997 y su extensión al Issste en 2007 bajo la responsabilidad de Calderón y Beltrones, es una de las tareas impostergables para darle viabilidad a la política de salud y seguridad social del nuevo gobierno (2018).

*Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco