Ciencias
Ver día anteriorJueves 11 de mayo de 2017Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 

El próximo 26 de mayo pondrán la primera piedra en el cerro Armazones de ese desierto

Estará en Atacama el ojo más grande del mundo para observar el cielo

El espejo primario del Telescopio Extremadamente Grande, de 39 metros, podrá captar 13 veces más luz que los actuales, por lo que las imágenes serán mucho más nítidas, explican

Foto
El cerro Armazones ofrece vistas espectaculares del cielo nocturno y del terreno desértico chilenoFoto Dpa
Foto
Maqueta del telescopio que se espera sea inaugurado en noviembre de 2024Foto Dpa
 
Periódico La Jornada
Jueves 11 de mayo de 2017, p. 2

Madrid.

En pleno desierto de Atacama, Chile, un cerro aguarda la construcción del mayor telescopio óptico e infrarrojo del mundo. Con un cristal de 39 metros de diámetro, casi la mitad de un campo de futbol, el Telescopio Extremadamente Grande (ELT, por sus siglas en inglés) será el ojo más grande para observar el cielo desde la Tierra.

Con él se avanzará en la búsqueda de posibles planetas habitables o en la investigación de la materia oscura y de los agujeros negros.

El cerro Armazones está a unos 130 kilómetros al sur de Antofagasta. Hace dos años se voló el pico de la montaña para allanar el terreno que acogerá esta ambiciosa obra de ingeniería: una cúpula de 80 metros de alto capaz de sostener un enorme espejo que rotará para seguir el movimiento de las estrellas.

El próximo 26 de mayo se pondrá la primera piedra y se espera que en noviembre de 2024 el telescopio sea inaugurado, o como dicen los astrónomos, vea su primera luz.

ESO, el responsable

El responsable de este gran proyecto es el Observatorio Europeo Austral (ESO, por sus siglas en inglés), una de las principales instituciones astronómicas del mundo. Formado por 15 países europeos –entre ellos España– y Brasil, este consorcio se encarga de otros importantes telescopios instalados en Chile, como el interferómetro Alma o el Más Grande Telescopio.

El salto entre los telescopios que tenemos ahora y el ELT es casi tan grande como entre el ojo de Galileo y su telescopio hace 400 años, explicaba recientemente en Madrid el director general de ESO, Tim de Zeeuw.

El espejo del Telescopio Extremadamente Grande será cinco veces mayor que los actuales más avanzados –de entre ocho y 10 metros– y podrá captar 13 veces más luz que ellos, por lo que las imágenes serán mucho más nítidas.

Uno de sus objetivos será buscar planetas que puedan albergar vida fuera del sistema solar, como el sistema Trappist o Próxima b, descubiertos recientemente. Con su gran capacidad, el ELT mostrará imágenes más grandes e incluso podría permitir medir directamente las propiedades de las atmósferas de esos planetas.

Actualmente está en marcha una carrera por encontrar el primer exoplaneta habitable, algo que según De Zeeuw podría suceder en la próxima década. Es curioso que este telescopio pueda ayudarnos a encontrar evidencias de vida en otros planetas desde uno de los lugares más inhóspitos del mundo, el desierto de Atacama, apunta.

Ese pedazo de Chile es idóneo para instalar el ELT gracias a la corriente oceánica de Humboldt, que hace que la zona siempre esté libre de nubes, pues estas se quedan sobre el Pacífico o al otro lado de los Andes. Gracias a ello, en el desierto de Atacama 90 por ciento de las noches son despejadas y propicias para hacer observaciones.

En total, el ELT contará con cinco espejos. El más grande, el primario, de 39 metros, estará formado por casi 800 segmentos hexagonales de 1.4 metros de diámetro que deben ensamblarse a la perfección. ¿Por qué hacerlo de esa manera? Nadie sabe cómo fabricar un espejo de ese tamaño de una sola pieza. Pero incluso si se lograra, no sería posible transportarlo, expone De Zeeuw.

Ejercicio interesante

Este astrónomo holandés de voz suave ha sido el encargado de conseguir los mil 200 millones de dólares, necesarios para financiar el ELT en plena crisis económica. Lograrlo fue un ejercicio muy interesante que implicó llegar hasta el nivel político, reconoce De Zeeuw.

El origen del ELT se remonta a finales de los años 90, cuando en el Observatorio Europeo Austral alguien se preguntó si se podría construir un telescopio de 100 metros de diámetro. El costo de semejante aparato se disparaba hasta 3 mil o 4 mil millones de euros, así que se redujo la ambición hasta los 39 metros.

Pero el ELT no es el único proyecto de telescopio gigante. En Estados Unidos hay dos iniciativas que compiten para conseguir fondos públicos. Una es el Telescopio de Treinta Metros, impulsado por el Instituto de Tecnología de California, que pretende instalarse en Hawai. El otro es el Telescopio Gigante de Magallanes, desarrollado por la Institución Carnegie para la Ciencia y que también se construirá en Chile.