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Montarán pieza para niños en el Teatro de la Danza; explora el autoencierro infantil y juvenil

Resquebrajan lindes entre arte, ciencia y tecnología con interacción humano-robot
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El bailarín Sergio Vázquez y Nao, androide desarrollado en Francia, protagonizan la coreografía para niños Saga: el robot actuante. La concepción y el desarrollo del proyecto son de Alicia SánchezFoto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Jueves 11 de mayo de 2017, p. 7

¿Un humanoide puede provocar en escena las mismas emociones que un artista humano? ¿Es posible que en un futuro existan artistas robóticos?

Esas son algunas inquietudes que se exploran en la obra de danza para niños Saga: el robot actuante, que la agrupación ASYC/ El Teatro de Movimiento presentará del 20 de mayo al 11 de junio en el Teatro de la Danza del Centro Cultural del Bosque.

Tan sui géneris propuesta –en la que se resquebrajan los lindes entre arte, ciencia y tecnología– es protagonizada por el bailarín Sergio Vázquez y el robot Nao, androide desarrollado en Francia.

Se aborda el tema del autoencierro infantil y juvenil, uno de los principales problemas sociales en el mundo contemporáneo, principalmente en países desarrollados, como Japón, aunque en México es un fenómeno creciente.

La concepción y el desarrollo del proyecto están a cargo de la creadora escénica Alicia Sánchez, quien busca generar una reflexión sobre las causas que orillan a la infancia y la juventud de hoy a aislarse de su entorno familiar y social y refugiarse en el uso de nuevas tecnologías (videojuegos, computadoras, teléfonos celulares y tabletas), así como en las redes sociales.

Los espectadores podrán detectar el autoencierro, el miedo a crecer, la falta de identidad social y de superación de un conflicto, así como el temor de no complacer a los padres, explicó ayer la también investigadora y docente en conferencia de prensa.

Crear esta pieza coreográfica requirió dos años y medio de investigación e implicó el cruce del arte con la ciencia y la tecnología, así como de la interdisciplinariedad a la que apuesta ASYC como agrupación.

El proyecto cuenta con la colaboración del posgrado de diseño industrial y la Dirección de Danza de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), además de la asociación civil Bioescénica, abocada a proyectos que integran arte y tecnología.

La inclusión del robot Nao, de acuerdo con Alicia Sánchez, es un enorme desafío, pues ha obligado a los participantes de esta iniciativa a buscar cómo desarrollar una poética mediante la interacción humana con la inteligencia artificial.

Hay mucho trabajo detrás de la obra que no se ve; no es nuestro objetivo demostrar las peripecias robóticas, sino crear una poética. Ha sido un proyecto difícil, porque dependemos de una inteligencia artificial. Nos interesa la interacción humano-robot, añadió.

Para Gloria Mendoza, programadora del humanoide, esta es una experiencia muy valiosa e interesante, no sólo por estar hecha totalmente en México, sino porque permite averiguar si un robot puede provocar los mismos sentimientos y emociones en escena que un actor humano.

Si esto es posible, ¿podríamos hablar de que en un futuro tendríamos artistas robóticos? Es una pregunta muy compleja y tal vez pasen décadas para poder contestarla, dijo la investigadora del posgrado de la UNAM.

“Quisimos hacer un intento, un experimento, y en el camino encontramos, entre otras cosas, que no sólo era la forma en que se movía el robot, sino cómo éste pudiera expresar emociones y conectarse con el actor y el público.

Para lograrlo, llegamos al punto de proponer que se escribiera dramaturgia específica para robots, así como se hace para títeres. Al final de cuentas, estamos descubriendo una nueva forma de trabajar.

La temporada de Saga: el robot actuante, en el Teatro de la Danza (atrás del Auditorio Nacional), es de ocho funciones: sábados y domingos a las 13 horas.