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Centenario de Juan Rulfo

Podría ser Comala, uno de los puntos incluidos en la ruta cultural El realismo mágico de Juan en Jalisco

Parece un comal hirviente, entre cerros y volcanes
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Tuxcacuesco, municipio que los especialistas dicen que es el mítico paraje donde se desarrolla la novela Pedro PáramoFoto Arturo Campos
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 15 de mayo de 2017, p. 9

Guadalajara, Jal.

Un huizache al borde carretero custodia el punto de entrada principal viniendo de Guadalajara a ese valle que producto del rocío matutino parece un comal hirviente, entre cerros y volcanes al sur de Jalisco, del cual se puede ver desde Sayula hasta Tuxcacuesco o de San Gabriel hasta Tonaya.

A un lado del floreciente árbol está un letrero blanco con azul, erosionado, en un mirador sobre una curva de la montaña que revela una vista panorámica de lo que podría ser Comala, el pueblo lleno de ánimas de la novela Pedro Páramo, sincretizado en esa plancha de cientos de kilómetros cuadrados, reseca y brumosa.

Daba gusto mirar aquella larga fila de hombres cruzando el llano grande otra vez. Como en los buenos tiempos. Juan Rulfo, dice el letrero en alusión al cuento El llano en llamas, del libro de relatos del mismo nombre, publicado en 1953 y hoy traducido al menos a 50 idiomas.

Hace frío en la mañana en el mirador, junto al huizache, donde obreros trabajan a marchas forzadas una obra que permitirá apreciar no sólo el valle encerrado por los cerros, sino comenzar a adentrarse en el espíritu de la región y de su hijo ilustre; debe quedar todo listo para el 16 de mayo, el centenario del nacimiento de Juan Rulfo, cuando será inaugurado.

A la izquierda, al oriente, dos volcanes, el muy activo Colima –que de vez en cuando eructa al cielo emanaciones de cinco kilómetros de ceniza– y el dormido Nevado de Colima.

A la derecha, al poniente, Las niñas, gigantescas esculturas naturales de roca talladas por los elementos en la ladera de una montaña donde, dicen, permanecerán pétreas para siempre por irse sin permiso de sus padres a las fiestas de Sayula.

Cerros rapados por el fuego

Al fondo del paisaje, al sur, más bruma y algunos cerros negros rapados por el fuego, desperdigados en el paisaje como caparazones abandonados a los que llaman comales porque alguna vez tuvieron actividad volcánica. Más allá, una gigantesca cordillera azul de masa continental que separa al llano del océano Pacífico.

En la parte más baja del llano y en pleno ardor del comal, en la plaza de Tuxcacuesco, a 41 grados centígrados, sentado muy de pierna cruzada en la jardinera donde es conservado con vida un centenario arrayán frente al templo (imagen literaria de la novela Pedro Páramo) una estatua de Juan Rulfo bruñida en dorado, de cuerpo completo y dimensiones humanas, contempla el atrio de la iglesia.

Apenas fue colocada el 8 de mayo y su soledad conmueve, porque a la hora canicular vespertina no hay un alma en Tuxcacuesco que se anime a salir a las calles que reverberan de calor.

La estatua se agarra la rodilla derecha cruzada para formar un cuatro sobre la pierna izquierda. Viste traje con corbata y mocasines de tacón medio. Aunque parece meditar, la seriedad del rostro destaca y logra reflejar parte del carácter del escritor, un hombre callado y formal como todos en el llano dicen que siempre fue.

Los 100 años del natalicio del escritor comenzaron a ser festejados durante mayo en esta re- gión conocida en la geografía estatal como Sierra de Amula, donde los municipios se disputan la cuna del nacimiento de Rulfo y realizan, más o menos coordinados, actividades que incluyen obra pública conmemorativa, inauguración o restauración de museos, coloquios literarios, presentaciones de orquestas filarmónicas y grupos de danza, teatro, cine y conciertos de cantantes, entre quienes figura Lila Downs.

La zona ha comenzado a ser visitada de forma inusual. Decenas de medios internacionales, nacionales y locales buscan el legado de un tal Juan Rulfo, bajo el sol y entre las casas, fincas y haciendas donde nació, vivió o estudió en Sayula, San Gabriel y Tuxcacuesco o en la alcantarilla seca de agua en estas fechas, donde Macario esperaba paciente a las ranas.

El centenario de Rulfo y la llamada ruta cultural El realismo mágico de Juan, han atraído cada vez mayor turismo. En Sayula, el pueblo más grande, y en San Gabriel, los hoteles tenían ocupación arriba de 50 por ciento el 9 de mayo. Pero en Tuxcacuesco, municipio que los especialistas dicen es el mítico Comala, no hay hoteles.

Es en Guadalajara, a tres horas por carretera desde el comal, donde se programó la parte central de los festejos, con la premiere de la serie Cien años con Juan Rulfo, filmada por Juan Carlos Rulfo, hijo del escritor, con sede en el Instituto Cultural Cabañas.

La función será de acceso libre y acudirá el director, quien compiló entrevistas, videos, audios y fotografías de su padre y de gente de la región donde vivió sus primeros años, en las que se podrán apreciar las facetas literaria, cinematográfica, fotográfica y antropológica del escritor.

A la proyección asistirán Juan Carlos y Juan Pablo Rulfo, la productora Eugenia Montiel Pagés, la guionista Marina Stavenhagen, el historiador Douglas Weatherford y el músico Gerardo Tamez, participantes en el filme y quienes al final realizarán un conversatorio, moderado por Benito Taibo.