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El logro, del Centro de Conservación de Fauna Silvestre El Sahuaro, que dirige Édgar Alvirde

Nació en Querétaro la primera águila real por inseminación artificial en México
Foto
El águila real con su polluelo, que tuvo un feliz alumbramiento pese a la falta de infraestructura especializadaFoto cortesía de Conacyt
 
Periódico La Jornada
Martes 16 de mayo de 2017, p. 3

En el Centro de Conservación de Fauna Silvestre El Sahuaro, en Querétaro, nació recientemente el primer ejemplar de águila real por inseminación artificial en México.

El centro es parte de los predios e instalaciones que manejan vida silvestre (PIMVS) de forma confinada.

La especie Aquila chrysaetos está en peligro de desaparecer a corto o mediano plazos si persisten la modificación y pérdida del hábitat, la cacería furtiva y la colecta ilegal de huevos y ejemplares.

Édgar Alberto Alvirde Navarro, director de El Sahuaro, desde pequeño mostró interés por las aves rapaces y a los 14 años se integró como voluntario al Centro para la Conservación e Investigación de la Vida Silvestre en la Ciudad de México Los Coyotes. En 2009, junto a su esposa, Luz Elena Hernández Chávez, sus hijos, Melissa y Miguel Antonio, así como los voluntarios Isaac Alaín Vázquez, Édgar Jafet Espinosa, José Manuel García y Perla Edith Ruiz Díaz, creó El Sahuaro, que entre sus actividades cuenta con el programa Aprendiendo entre plumas, concientizando para conservar.

En 2011, la Semarnat nos entregó un águila real macho, pero no teníamos una hembra para el reproducirla. Recurrimos al zoológico de Irapuato, Guanajuato, que nos prestón una hembra, recordó.

Fuimos a aprender las técnicas parental e impronta de reproducción del águila real a Alemania, República Checa y España. Al regresar, comenzamos a construir las jaulas.

Alvirde explicó que el año pasado comenzaron el procedimiento de inseminación artificial, pero no contaba con infraestructura especializada para la incubación, además de dificultades en el comportamiento del águila hembra para empollar los huevos.

Las águilas reales suelen poner sólo dos huevos y no teníamos una incubadora que es especial para esta especie; por otro lado, durante el proceso las hembras son apoyadas por los machos para incubar, si son primerizas, ellas se levantan del nido y no se da el proceso completo, señaló.

El pasado 11 de abril, la hembra rechazó uno de los huevos, el cual se tuvo que retirar por el riesgo de que explotara y generara una infección en el otro, señaló Luz Elena Chávez.

En uno de los huevos se escuchaba el piar del polluelo y que estaba rompiendo el cascarón. El proceso de nacimiento fue de aproximadamente 40 horas, agregó.

Lo más destacable es que este nacimiento se logró a pesar de no contar con un ambiente controlado. Usamos suero fisiológico para humectar el cascarón y que no se pegara el saco vitelino ni el polluelo al cascarón, porque eso podía matarlo. La madre lo arropó y le enseñamos a que le diera de comer, que es algo fundamental por la importancia de las enzimas que le transmite, recordó.

Chávez indicó que el cascarón fue enviado a un laboratorio para determinar el sexo del polluelo y generar una huella genética con la que se pueda tener un perfil más claro de las aves que están en el centro, lo que puede ayudar a otros reproductores.