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“Ante la Loba me salieron tantas manos rápidas y movimientos; tenía hambre de triunfo”

Prefiero mis derrotas, porque me hicieron fuerte para ganar el campeonato: Martínez
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Lupita Martínez recibió el cinturón que la acredita como campeona supermosca del CMBFoto Juan Manuel Vázquez
 
Periódico La Jornada
Miércoles 17 de mayo de 2017, p. a15

Tenía todo en contra y ganó. Guadalupe Martínez, al menos en su historial de vida, parecía la víctima cuando retó a Zulina Loba Muñoz por el cinturón supermosca del Consejo Mundial de Boxeo. Pero la venció.

Le quitó el cinturón sin ningún atisbo de duda. Pero también le provocó un estrago mayor. La Loba tenía 10 años sin derrota y 10 defensas exitosas, a punto de imponer una marca como la mexicana que más veces exponía su título. No ocurrió. Lupita llegó convertida en una fuerza incontenible, toda voluntad y puños.

La verdad que no sé ni cómo le hice, admite Lupita al recibir el cinturón que la acredita como la nueva monarca de la división. Me sorprendí; tenía tantas ganas de ganar que no sé de dónde me salieron tantas manos rápidas, tantos movimientos de piernas, pero tenía hambre de triunfo.

Algo ocurrió. Inspiración o confianza, pero después de padecer durante meses de entrenamiento con el joven de 23 años, Juan Carlos Contreras, de terminar hecha un llanto porque tras horas de trabajo no le salían las combinaciones, esa noche del 13 de mayo ante la Loba todo fluyó perfecto. No se detuvo con las andanadas de golpes, no dio tregua, jamás se cansó ante una Zulina asombrada e inerme para detener a la fuerza incansable que tenía enfrente.

“Cada desilusión en el gimnasio se volvió en algo perfecto cuando estuve frente a la Loba para dar esa pelea”, cuenta Lupita. “En el entrenamiento no me salía tapar salidas, y a la Loba la llevé a las cuerdas y no la dejé salir, todo eso fue sorprendente para mí misma”.

La derrota de Zulina no la festejó con arrogancia. Incluso siente un poco de pudor al mencionar a su compañera.

“No me siento cómoda, porque sé que en algún momento voy a estar en el lugar que vivió la Loba. Hay que saber tener los pies muy bien plantados en la tierra; sólo espero que el día que llegue la que me va a ganar sea una peleadora que se haya esforzado mucho y por eso lo merezca”, dice.

El contraste de experiencias hizo que pocos creyeran que Lupita podía vencer a la Zulina. Si la retadora apenas tenía 14 peleas ganadas y acumulaba nueve derrotas. La monarca sumaba más de 50 victorias y desde hacía una década nadie la vencía.

El récord sale sobrando, porque puede llegar una boxeadora con tres peleas y darte la arrastrada de tu vida, y puede que otra tenga 20 y no te va hacer nada. Es relativo, plantea; prefiero mis derrotas, porque me hicieron fuerte para llegar a ser la campeona; lo prefiero a un historial invicto que no sea real, qué feo debe ser perderlo. Yo sé qué es perder y levantarme, sé lo que es merecer las cosas.

Lupita tiene 25 años y un par de hijos pequeños, Ximena, de siete, y Jacobo, de ocho, a quienes mantiene ella sola. Ambos forman parte de un equipo en casa que le da aliento.

Peleo por mí, pero lo hago para ellos, dice sobre lograr un patrimonio familiar.

Lupita siente orgullo de ser la campeona que luchó contra todo. Sí, admite, considera que peleadores como Canelo Álvarez y Julio César Chávez júnior son afortunados, pero ella está feliz con lo que consiguió.

Cuando los recuerdo, como aficionada me siento decepcionada, pero como profesional, me siento insultada con la exhibición que dieron.