20 de mayo de 2017     Número 116

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada

Procesos agroecológicos
en territorio tlaxcalteca

Milton Gabriel Hernández García Investigador titular del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)


FOTO: Inter-American Foundation

El territorio tlaxcalteca se ha convertido en las tres décadas recientes en un importante semillero latinoamericano de experiencias agroecológicas. Sin duda alguna, la más reconocida es la que corresponde al Proyecto de Desarrollo Rural Integral Vicente Guerrero AC, que en 2009 fue reconocido como la Mejor Experiencia de Desarrollo Rural Sustentable por la Asociación Mexicana de Estudios Rurales (AMER). Pero además, existen otras experiencias de suma importancia que conducen sus pasos y su andar hacia la soberanía alimentaria, la producción orgánica, la dignidad y la justicia social.

Una de ellas es el Centro Campesino para el Desarrollo Sustentable A.C. (CAMPESINO, AC), que surgió en 1995. Su objetivo central es contribuir al mejoramiento de las condiciones de vida de familias campesinas de comunidades rurales en Tlaxcala, por medio del rescate de conocimientos campesinos para la producción agrícola, el fortalecimiento de mecanismos de comercialización local, la promoción de técnicas ecológicas y el fortalecimiento de sistemas de préstamos y ahorro local, entre otras acciones. CAMPESINO AC tiene su sede en el municipio Hueyotlipan y desde allí irradia acciones de asesoría y acompañamiento organizativo a los municipios y comunidades colindantes.

Desde hace diez años, el Centro de Economía Social Fray Julián Garcés AC, vinculado a la Pastoral Social de la Diócesis de Tlaxcala, ha tenido una importante presencia en comunidades como la Magdalena Cuextotitla, San Francisco Mitepec, San Miguel Pipillola, San Juan Mitepec, Álvaro Obregón, El Carmen, La Reforma, La Constancia, La Magdalena y Tlaltelulco, entre otras. Su labor ha sido fundamental en el fortalecimiento comunitario de transición agroecológica en Tlaxcala:

“Nosotros desde el centro caminamos acompañados solidariamente con las diferentes miradas de las familias campesinas, en dos estrategias comunitarias: el fomento a la autosuficiencia alimentaria, en la que vamos aprendiendo y compartiendo comunitariamente la agricultura campesina, de sus usos y costumbres. Actualmente nos acuerpamos en lo que denominamos la Escuelita Campesina Agroecológica; uno de sus elementos son las faenas agroecológicas comunitarias, en las que compartimos y practicamos la experiencia de la agricultura campesina con técnicas agroecológicas. La otra estrategia es el fomento al ahorro y préstamo comunitario, sustentada en la organización-participación comunitaria y en los principios del cooperativismo, la solidaridad y el compromiso por la comunidad. Así hemos promovido solidariamente diferentes unidades económicas agropecuarias del traspatio y de trasformación. Así promovemos también el respeto a la dignidad humana y del medio ambiente, ver por nuestra casa común, porque queremos vivir bien, libres de violencia, comer sano, variado y suficiente”.


FOTO: Mercado Alternativo Tlaxcala / Apizaco

Estos y otros colectivos tienen una importante presencia en el Mercado Alternativo de Tlaxcala. Las organizaciones y los productores que en él confluyen adoptaron los Sistemas Participativos de Garantía (SPG), bajo los principios de la Federación Internacional de los Movimientos de Agricultura Orgánica (IFOAM). A partir de 2012, con la experiencia de la organización Tijoca Nemilliztli, que se constituyó formalmente en 2013, inició un proceso para garantizar que los campesinos respeten los principios de producción agroecológica y de transformación de los productos por medio de mecanismos de confianza, transparencia y participación de los diferentes actores: consumidores, productores y transformadores.

Como señala Víctor Manuel Toledo, la agroecología sostiene que el modelo agroindustrial es una forma perversa de producir alimentos, porque genera severos impactos al ambiente: contamina aire, suelos, aguas profundas, ríos, lagos y mares al esparcir todo tipo de agrotóxicos; afecta poblaciones de innumerables grupos de flora y fauna; genera deforestación de amplias superficies; reduce la variabilidad genética de los cultivares; disminuye la resistencia ante posibles plagas y enfermedades, y utiliza enormes cantidades de energía provenientes de los combustibles fósiles. Todo ello lo hace inviable.

Las alternativas que están surgiendo desde los pequeños productores tlaxcaltecas inspirados en la agroecología y en la agricultura tradicional constituyen un reservorio de esperanza para superar la crisis civilizatoria que se expresa, como uno de sus síntomas, en la escasez de alimentos. La agroecología ha trascendido en este sentido su dimensión puramente productiva para constituirse en una estrategia de resistencia campesina de cara al futuro, un futuro posible y necesario.

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