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La actriz australiana es la reina de Cannes, con cuatro películas, dos en competencia

Actuar es parte de la exploración de nuestra condición humana: Nicole Kidman
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La actuación es mi pasión, por eso sigo aceptando propuestas y abriendo horizontes en mi carrera, declaró la actriz en el festival francésFoto Afp
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Martes 23 de mayo de 2017, p. a10

Con cuatro películas en Cannes, dos en competencia –The Beguiled (Sofia Coppola) y The Killing of a Sacred Deer (Yorgos Lanthimos)– y una serie entre los actos especiales, Top of the Lake: China Girl, de Jane Campion, Nicole Kidman es la reina del festival de Cannes.

A sus 49 años, galardonada y bellísima, la actriz australiana está en la cumbre de su carrera. Soy muy afortunada de estar aquí. En realidad, no tengo necesidad de trabajar. Estoy muy feliz en mi matrimonio y con mis hijos pequeños, quienes obviamente no han visto mis películas aún. No comparto con ellos esa parte creativa. Pero la actuación es mi pasión, por eso sigo aceptando propuestas y abriendo horizontes en mi carrera, admitió ayer en la masiva rueda de prensa donde defendió, junto al director griego, su segundo filme. 

The Killing of a Sacred Deer es un thriller sicológico perturbador. Es el descenso al infierno de un cirujano especializado en cardiología (Colin Farrell) y su familia al crear un vínculo afectivo con Martin, adolescente siniestro.

Debo ser un poco masoquista. Pero cuando escoges un director para trabajar, siempre tomas riesgos. Sabía lo que hacía cuando acepté el papel, señaló Kidman, siempre sonriente.

Añadió en medio de constantes flashes: “Los filmes de Yorgos (The Lobster, Alps) no se asemejan a ningún otro. Amo trabajar con los cineastas que no tienen miedo de sobrepasar los límites. Siempre estoy abierta a tratar nuevas posibilidades y a apoyar a la gente en la que creo, a realizadoras jóvenes, como a Sofia (Coppola), y a Jane (Campion), a quien debo mucho, porque prácticamente me descubrió como artista cuando tenía 14 años”.

Se le pidió que diera alguna recomendación a las jóvenes actrices: Averigua primero quién eres, cuál es tu verdad interior; luego encuentra un mentor, alguien que te guíe y te apoye. Actuar es parte de la exploración de nuestra condición humana, concluyó.

La otra película del día en competencia también es macabra desde su título: Happy End. Se trata de una sátira sobre el punto de llegada, sobre un supuesto final feliz.

El austriaco Michael Haneke, ganador de dos Palmas de Oro por The White Ribbon Amour, vuelve a echar mano de dos figuras francesas muy reconocidas, Isabelle Huppert y Jean-Louis Trintignant, para presentar una gélida y lúgubre historia que narra el devenir de una familia burguesa, en Calais, indiferente a la crisis de los refugiados europeos.

El abuelo, paralítico, pero en sus cabales, contempla casi diabólicamente desde su silla de ruedas el derrumbe general de la familia. La nieta pequeña, quien acaba de quedarse huérfana, observa en silencio el absurdo comportamiento de los adultos. Definitivamente, en esta historia, cualquier fin sólo puede ser siniestro.