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La medida, retroceso a los años de plomo de la dictadura: PT

Temer ordena el retiro de los militares que desplegó en Brasilia
 
Periódico La Jornada
Viernes 26 de mayo de 2017, p. 25

Río de Janeiro.

El presidente de Brasil, Michel Temer, cedió este jueves ante las últimas críticas en la grave crisis política que vive el país y retiró a los militares que había ordenado desplegar en Brasilia para contener a manifestantes.

Después de haber sido duramente atacado por autorizar la presencia de mil 500 soldados en las calles de la capital, Temer revocó la orden tras una reunión de urgencia en el Palacio de Planalto.

Queda revocado el decreto que autoriza el uso de las fuerzas armadas para la garantía de la ley y el orden en el Distrito Federal (Brasilia), señala la nueva orden firmada por Temer. Se pretendía que el patrullaje de las tropas iba a durar hasta el día 31.

La medida aumentó la presión sobre Temer, que enfrenta pedidos de impeachment o dimisión tanto en las calles como en sectores políticos y económicos que antes le eran afines, debido a un reciente escándalo de corrupción que lo involucra.

En las redes sociales brasileñas se dispararon las críticas contra el gobierno de Temer, cuya legitimidad es cuestionada desde que llegó al poder en 2016, tras la destitución de Dilma Rousseff. Analistas consideran que la decisión de replegar a los militares es una muestra más de la debilidad del mandatario.

El opositor Partido de los Trabajadores (PT) criticó la orden de sacar a los soldados y la consideró una actitud propia de un régimen autoritario. La medida es innecesaria y desmedida, y nos remite a retrocesos típicos de los años de plomo de la dictadura militar (1964-1985), escribió el izquierdista PT en un comunicado.

Temer decretó la medida el miércoles luego que decenas de miles de manifestantes que exigían su renuncia y convocatoria a elecciones fueron reprimidos por la policía militar, a lo que manifestantes respondieron prendiendo fuego al Ministerio de Agricultura, además de vandalizar otros edificios que albergan oficinas de gobierno.

La capital estuvo sumida durante horas en el caos; barricadas ardían en las calles en medio de enfrentamientos entre manifestantes y uniformados que lanzaron gas lacrimógeno y balas de goma. Al menos 49 personas resultaron heridas. Según varios reportes, un agente disparó un arma de fuego contra uno de los inconformes.

Las autoridades aseguraron que unas 45 mil personas participaron en las protestas. Los movimientos sociales y sindicatos organizadores hablaron de unas 200 mil.

La fuerte reacción del gobierno también salpicó al Congreso, donde hubo incluso empujones entre los legisladores, no muy lejos de donde ocurrían las protestas en las calles.

Después de que el gobierno atribuyó la medida a una solicitud del presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, éste especificó que él había pedido la intervención de la fuerza nacional (tropa militar mixta usada a menudo para operaciones en las ciudades), y no al ejército. Maia es uno de los aliados de Temer.

La decisión de sacar a los militares agravó la situación que enfrenta Temer, sumido desde la semana pasada en una aguda crisis institucional que amenaza con acabar con su gobierno.

El Tribunal Supremo autorizó investigar al presidente con base en una denuncia de corrupción presentada por el empresario Joesley Batista, que incluye una grabación de audio en la que el presidente parece avalar el pago de sobornos a políticos.