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Con esa orquesta, Enrique Bátiz diseña estrategia para atraer nuevos públicos

Festejarán a Gabo en Bellas Artes con la versión sinfónica de la cumbia Macondo

La OSEM, anuncia su director, seguirá cruzando la barrera de lo clásico a lo popular

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Roberto Vázquez, subdirector del Instituto Nacional de Bellas Artes; Enrique Bátiz, director artístico de la Sinfónica del Estado de México, y Heberto Guzmán Gómez, presidente del patronato de la orquestaFoto Guillermo Sologuren
 
Periódico La Jornada
Sábado 27 de mayo de 2017, p. 4

La Orquesta Sinfónica del Estado de México (OSEM) festejará el cincuentenario de la publicación de Cien años de soledad, novela cumbre de Gabriel García Márquez, con el estreno mundial de la versión sinfónica de la famosa cumbia Macondo, compuesta por el peruano Daniel Camino Díez Canseco en 1969.

La interpretación vocal estará a cargo de Óscar Chávez, quien ha dado fama internacional a esa pieza. Es una de las sorpresas que la agrupación tiene preparadas, como encore, para el concierto extraordinario que ofrecerá este sábado en la sala principal del Palacio de Bellas Artes, a las 19 horas.

La inclusión de esa obra reafirma la apertura de la OSEM hacia otro tipo de repertorio en lo que va de esta administración federal, como parte de la estrategia de su director titular, Enrique Bátiz, para crear y llegar a nuevos públicos, aclaró el pasado miércoles.

En este sexenio cruzamos la barrera de lo clásico a lo popular, porque hicimos música de Juan Gabriel en 10 de los municipios más grandes del estado de México (...) También hemos hecho música de Agustín Lara, Pink Floyd y Los Beatles, dijo en conferencia de prensa.

Si podemos tocar las sinfo-nías de Mahler, ¡qué nos duran esas canciones! No lo digo en forma peyorativa, sino cordial. Hasta la fecha sigo impactado de que la gente participe y se emocione. Es un paso hacia adelante.

El director y pianista adelantó que la OSEM hará, en fecha aún por definir, la presentación de 20 de las canciones premiadas en el Festival OTI.

La música clásica es lo que más me gusta; es mi destino, pero no implica que no podamos tener flexibilidad. Así lo hacemos y seguiremos por ese camino cada vez que sea posible.

Excelencia del alma del compositor

En la charla con los medios de comunicación, Enrique Bátiz –quien recientemente cumplió 75 años y acaba de regresar de dar tres recitales de piano en Italia– expresó que su mayor deseo como director y músico es continuar haciendo bien su trabajo.

El grado de calidad de la OSEM es algo que sólo puede medirse en la sala y en el ensayo. Si exijo y los músicos responden y corrigen donde deben corregir, eso indica que estamos en lugar correcto haciendo lo justo, explicó.

La idea, añadió, es compartir algo agradable con la audiencia, que tenga un encuentro con el alma, porque no es la excelencia de las matemáticas lo que perseguimos los músicos, sino la excelencia del alma del compositor. Es una lucha inacabable.

Se dijo muy satisfecho de lo logrado por la sinfónica en sus casi 46 años. Contó que cuando la fundó, en 1971, muchos apostaban a que no sobreviviría, pero lo ha hecho, expresó, y tiene ya sonido y personalidad propios.

Estoy muy contento y honrado de haber trabajado y seguir trabajando por la cultura musical a través de la OSEM, añadió.

Consideró que después de haber estado en el podio de algunas de las orquestas más importante del mundo, como la Royal Philarmonic Orchestra, de Reino Unido, en la que fue director huésped de 1983 a 1988, lo único que le faltó fue una invitación a Berlín. “Sin embargo –hizo un guiño–, todavía no me muero”.

Inquirido, Bátiz rechazó hablar de los próximos comicios para la gubernatura del estado de México y la manera en que podría afectar a la OSEM si gana un partido diferente al PRI.

No hablaré de las elecciones, porque trabajo para el gobierno, por ser parte de la orquesta. No tengo respuesta. Lo que sea que venga, aquí estamos.

Alabó el Sistema de Venezuela, al que, dijo, el gobierno de Nicolás Maduro sigue invirtiendo sumas importantes de dinero para que los músicos puedan viajar e invitar a prestigiados directores. Eso es algo que nos falta aquí. Vamos a ver si lo exigimos más tarde.

El programa que la OSEM interpretará en Bellas Artes comenzará con la Obertura Festival Académico, de Johannes Brahms, y el vals de la ópera Eugene Onegin, de Piotr Ilich Chaikovski, para después acompañar a la pianista invitada, la polaca Anna Maria Miernik, en la ejecución del Concierto para piano en Re mayor para la mano izquierda, de Maurice Ravel.

Luego del intermedio, ejecutarán el Concierto para violín número 2 de Prokofiev, en el que acompañará a la violinista moldava Rusanda Panfili. Cerrará con Don Juan, de Richard Strauss. Aún hay localidades disponibles y la función será transmitida en vivo vía streaming.