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De nuestras Jornadas

Protección a periodistas

L

a repercusión que incluso a nivel internacional causó el asesinato de Javier Valdez Cárdenas, corresponsal de La Jornada, fue de tal magnitud que al presidente Enrique Peña Nieto no le quedó otra opción que salir y anunciar medidas para proteger a los periodistas en el desempeño de su trabajo.

En Guerrero este hecho tuvo su consecuencia: el gobierno estatal anunció seis acciones de protección a periodistas y defensores de derechos humanos a aplicarse en el mediano y largo plazos, en el entendido que se hará bajos las pautas que determine la Secretaría de Gobernación federal en coordinación con la Secretaría de Gobierno de Guerrero.

La muerte de Valdez Cárdenas coincidió con la retención, vejación y despojo de que fueron objeto siete periodistas que cubrían los desórdenes que hubo hace algunos días en Tierra Caliente, hecho que tuvo gran difusión incluso fuera del país, por tratarse de un caso insólito.

Las acciones anunciadas a nivel estado son: 1. Designación de un fiscal especial para la atención a periodistas. 2. Creación de una unidad de atención a periodistas. 3. Envío de una iniciativa de ley al Congreso del estado para atender a defensores de los derechos humanos y periodistas. 4. Capacitar sobre el mecanismo internacional de protección. 5. Elaborar un catálogo de periodistas en riesgo y, 6. Realizar un mapa estatal de riesgo para defensores de los derechos humanos y periodistas.

Ahora queda esperar que en lo inmediato no sigan matando o atropellando a periodistas, puesto que el plan de marras tendrá efecto en el mediano y largo plazos, toda una ambigüedad, que al carecer de fechas o tiempos para su realización, en realidad no tiene para cuándo, lo que evidencia una medida gubernamental forjada para salir del paso ante el apremio internacional.

Si en verdad la autoridad tiene interés en demostrar que su postura es seria puede empezar por detener y llevar a proceso a los agresores de los siete colegas en la primera quincena de mayo, así como a los homicidas de Cecilio Pineda Birto y Francisco Pacheco Beltrán, por citar a los periodistas asesinados más recientemente y de quienes la autoridad no se ha ocupado en lo mínimo.