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Demandan una regulación igualitaria para el sector

Taxistas colapsan Madrid y Barcelona en protesta contra Uber y Cabify
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Un manifestante sostiene una lata de humo durante la marcha de taxistas, ayer en MadridFoto Afp
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 31 de mayo de 2017, p. 17

Madrid.

Las dos principales ciudades españolas, Madrid y Barcelona, fueron escenario de una movilización masiva de taxistas que exigieron una regulación del sector y el final del trato favorable que reciben las empresas nuevas, como Uber y Cabify, a las que se exigen menos requisitos y pagan menos impuestos por dar el mismo servicio. Las metrópolis ibéricas sufrieron severos problemas de tráfico y en momentos reinó el caos y los colapsos ante los cortes de varias avenidas por las manifestaciones y por la ausencia de taxistas que trasladaran a los miles de ciudadanos que necesitaban su servicio, incluidos los numerosos turistas que estos días viajan al país.

España, como el resto del mundo, experimenta desde hace al menos tres años la proliferación de nuevas empresas de transporte terrestre que han ido sustituyendo a los taxistas tradicionales. Hasta entonces tener una placa de taxi suponía ingresos mensuales que permitían vivir a una familia. Muchos taxistas solicitaban créditos bancarios para comprar una licencia de taxi, cuyo precio oscilaba entre 100 mil y 300 mil euros. El trabajo diario en Madrid o Barcelona permitía a un conductor ganar lo suficiente para pagar el crédito y poder vivir.

Pero la irrupción de multinacionales, como Uber y Cabify, han alterado el mercado y, a juicio de los taxistas, con base en una competencia desleal que les está haciendo perder clientes; sobre todo, unos ingresos mensuales que han hecho su vida insostenible. La normativa española estableció una excepción para estos vehículos sin matrícula de taxis, pero que en realidad funcionan como tal, y que se basa en una regulación en que se les autoriza a circular como vehículos con conductor arrendado (VTC), que además cuentan con una excepción fiscal que les permite pagar IVA de 10 por ciento frente a 21 que pagan los taxistas tradicionales.

Así, taxistas de todo el país decidieron organizar una jornada de lucha este martes, que tuvo como escenario principal el centro de Madrid, en las inmediaciones del Congreso de los Diputados, adonde viajaron más de 25 mil taxistas procedentes de todas las regiones para expresar su malestar con la regulación y exigir que se dejen de dar licencias para vehículos VTC. La protesta principal salió de Atocha hasta la Plaza de Neptuno y ahí estuvieron varias horas tocando las bocinas y exigiendo el fin de la normativa. Quedaron sin servicio de taxis las principales ciudades del país entre las 8 y las 18 horas.

Los taxistas piden además que se cumpla una cuota de ve­hículos de alquiler con conductor, de uno por cada 30 licencias de taxi. Además, exigen que se eliminen las ventajas fiscales para los VTC. Según el presidente de la Confederación de Taxistas Autónomos de España y de la Federación del Taxi de Madrid, Julio Sanz, los taxis y las VTC han convivido desde hace años de manera pacífica, ya que son servicios complementarios. Sin embargo, en la actualidad se está utilizando este tipo de licencias para ofrecer un servicio que ya presta el taxi, sólo que sin contar con los requisitos legales que los taxistas deben cumplir para ejercer su actividad.